No se han cumplido las expectativas más negativas. Aunque por la mínima, la “locomotora de la Unión” consigue eludir la recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), al crecer un PIB un 0,1 por ciento en el tercer trimestre del ejercicio. Recordemos que la economía alemana había caído un 0,2 por ciento en el segundo trimestre, con lo que se abría la puerta a una recesión.
El dato que ha publicado la Oficina de Estadísticas (Destatis) supone un cierto alivio para el ejecutivo alemán, muy presionado para que ponga en marcha planes de estímulo fiscal. El gran apoyo para registrarse esa décima de crecimiento positivo en el tercer trimestre ha sido el consumo, en un contexto en el que han crecido las exportaciones y las importaciones se han mantenido estables, mientras que el sector de la construcción ha mejorado.
Alivio momentáneo
«Alemania previene por un pequeño margen su primera recesión en 6 años, pero esta sorpresa positiva no anula el hecho de que el principal motor económico de la Eurozona es más bien una fuente de debilidad en el área», asegura Olivia Álvarez, analista de Monex Europe. Esto explica, a su juicio, por qué el euro apenas se ha animado con la noticia.
Además, Álvarez señala que esta tregua que ha dado el PIB en Alemania «minimiza la posibilidad de que el gobierno introduzca un paquete de apoyo fiscal significativo y abandone sus estrictas reglas de austeridad el próximo año», apunta. Un asunto en el que ha insistido recientemente el BCE.
Pese al alivio que supone esquivar la recesión técnica, lo cierto es que el enfoque hacia la fabricación alemán se ha convertido en un foco de incertidumbre en el último año y medio, por culpa del Brexit y de la guerra comercial entre EE.UU. y China. Además, el pilar de la industria automovilística se enfrenta a desafíos importantes, con importantes costes para hacer frente a la transición hacia vehículos menos contaminantes.
2019-11-13 13:29:51