Hagamos un balance de los beneficios de las inversiones en renta fija en los últimos diez años. ¿Cuáles son los principales factores que han llevado a estos resultados extraordinarios? ¿Qué podemos esperar ahora de las instituciones monetarias? ¿Y cuáles son nuestras recomendaciones?
Para analizar el histórico de rentabilidades debemos examinar todo el ciclo, incluyendo los períodos adversos. Para aumentar aún más la objetividad, trabajamos con índices. Bajo estas premisas, vemos que los retornos anuales entre el 12 de septiembre de 2008 y el 12 de septiembre de 2018 son sorprendentes. La renta variable global (MSCI World) se sitúa en primer lugar con un 9,7% de rentabilidad. Dentro de la renta fija, el segmento de bonos de high yield en euros ha sido el que mejores resultados ha dado, con una rentabilidad del 8,9% en un clima de baja volatilidad, en comparación con las acciones europeas (MSCI EMU), que aportaron una rentabilidad del 4,6%. Los bonos soberanos y corporativos europeos, los bonos soberanos globales de países desarrollados y los bonos gubernamentales de mercados emergentes dieron retornos entre el 4,3% y el 4,9%.
Los inversores que han mantenido sus posiciones en renta fija en los últimos diez años acertaron. Por ejemplo, una cartera diversificada de bonos por valor de 1.000 euros, con una asignación del 20% en cada uno de los segmentos de deuda mencionados (ver gráfico a continuación) ahora tendría un valor de 1.525 euros. Desde la desaparición de Lehman Brothers, una cartera global de bonos ha dado una rentabilidad bruta anual del 4,40%.
2. Factores de éxito
¿Qué ha hecho posible estos buenos resultados? El primer factor y más directo lo constituyeron los bancos centrales con sus políticas monetarias no convencionales, ofreciendo a bancos y empresas financiación ilimitada. La crisis crediticia debía evitarse a toda costa. Los tipos pronto cayeron al 0% o incluso se volvieron negativos. Como si eso no fuera suficiente, los bancos centrales se posicionaron junto a los inversores institucionales tradicionales a largo plazo (gestores de fondos, compañías de seguros, fondos de pensiones) y compraron cantidades masivas de bonos gubernamentales y corporativos. El resultado es conocido por todos. Vimos fuertes aumentos de precios en todos los segmentos de renta fija, incluso en los más exóticos, mientras que los retornos esperados fueron aplastados. Los rendimientos de los bonos de gobierno alemán a diez años llegaron a caer al -0,20% en el verano de 2016. Dos años más tarde, este importante indicador se encuentra en el 0,50%. Los programas de compra de activos de los bancos centrales han tenido un impacto duradero y continuarán haciéndolo. De hecho, en nuestro escenario de referencia, contemplamos que los balances inflados del BCE, la Fed, el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra, etc. ejercerán una presión a la baja sobre las tasas a largo plazo durante la próxima década.
El segundo factor lo constituyó una regulación más estricta para bancos y aseguradoras. De hecho, se crearon mayores reservas de capital para capear la volatilidad en el mercado. Sin embargo, los bonos necesitan requisitos de capital más bajos que las acciones. Por lo tanto, la demanda de bonos se ha vuelto estructural.
Peter De Coensel, CIO de Renta Fija de Degroof Petercam AM
2018-10-31 13:13:46