Eva Ivars, CEO de Alain Afflelou Eva Ivars, CEO de Alain Afflelou

«El cambio no llega solo, hay que provocarlo»

Eva Ivars trabaja como CEO de Alain Afflelou dando apoyo y visibilidad a las mujeres del retail sanitario.
Imagen de Alain Afflelou

Eva Ivars trabajaba en el mundo de la publicidad hasta que hace 20 años Alain Afflelou la convenció para dar el salto al retail sanitario. Hoy, como CEO de la compañía, trabaja para dar visibilidad al talento femenino en el sector.

TOFF.- Uno de los factores remarcables de ALAIN AFFLELOU es su compromiso ESG. En la parte de gobernanza, ¿establecéis políticas de igualdad? ¿Crees en las cuotas?

E.I.- Estamos claramente comprometidos con la ESG, de hecho, nos unimos en 2020 a la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, comprometiéndonos con los ODS y convirtiéndonos en la primera empresa del sector óptico y audiología en hacerlo, queríamos ser parte de un movimiento más global. Nuestro compromiso con la sostenibilidad es amplio y abarca los tres ejes: ambiental, social y de gobernanza.

En términos de gobernanza, sí contamos con un Plan de Igualdad y un Código de Conducta que reflejan nuestro enfoque en la innovación impulsada por la diversidad y la igualdad, tanto de género como de edad. Para poder crecer y ser líderes del sector es importante.

Además, rechazamos cualquier forma de discriminación y promovemos un entorno de trabajo donde todos sean tratados con respeto, dignidad e imparcialidad.

En cuanto a las cuotas, en ALAIN AFFLELOU sí creemos que lo que no se mide no crece, y que es necesario ser ambicioso en los objetivos para lograr el cambio que nuestra sociedad necesita, alcanzando un verdadero equilibrio entre talento y oportunidades para todos. De hecho, nuestro comité de dirección es paritario y el comité extendido tiene un 47% de hombres y 53% de mujeres además de otros indicadores de liderazgo.

TOFF.- Como empresa franquiciadora, ¿las mujeres tenemos más valor o más miedo a la hora de emprender?

E.I.- Más que miedo, todo franquiciado siente un respeto natural ante los desafíos que implica emprender un nuevo negocio. El emprender en nuestro caso no es cuestión de género porque casi la mitad de nuestros franquiciados son mujeres.

Nosotros impulsamos el emprendimiento y, por eso, apostamos por un modelo de franquicia que brinda seguridad y respaldo. Tenemos un programa de emprendimiento «Plan Adelante», diseñado para que los ópticos optometristas puedan abrir su propia óptica con total tranquilidad, y damos especial apoyo a las mujeres. Aportamos financiación, know-how, formación en gestión de negocio y todo el apoyo necesario para que su camino al éxito sea sólido y seguro.

Es fundamental dar visibilidad y apoyo a las mujeres en el sector de las franquicias y del retail sanitario. Las mujeres ocupan aproximadamente el 80% de los puestos en retail en España, pero no llegan al 20% en los de alta dirección.

TOFF.- He leído que formas parte de la Fundación Woman Forward, ¿hasta qué punto son necesarias iniciativas empresariales de este tipo? ¿Crees que en un futuro más o menos cercano dejarán de tener sentido?

E.I.- Aún queda un largo camino por recorrer para lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito empresarial. Y esto es trabajo de hombres y de mujeres. Por eso, iniciativas como la Fundación Woman Forward siguen siendo esenciales para incrementar la participación e influencia de las mujeres en las esferas de decisión en el ámbito social y económico.

Es crucial dar visibilidad al talento femenino, especialmente en sectores y organizaciones más tradicionales donde el liderazgo masculino sigue siendo la norma, el «status quo». Para lograr un cambio real necesitamos fomentar una cultura corporativa basada en la igualdad, derribar estereotipos y promover oportunidades equitativas. Ojalá en un futuro cercano estas iniciativas sean innecesarias porque habremos alcanzado la equidad de forma natural. Pero hasta entonces, seguir impulsando este cambio es una responsabilidad compartida.

Hablando de futuro, y según la ONU, al ritmo actual 342 millones de mujeres vivirán en extrema pobreza en 2030 y se requerirán cerca de 300 años para alcanzar la plena equidad de género. Así que todavía queda para que estas instituciones dejen de tener sentido.

TOFF.- ¿Has tenido que romper muchos techos de cristal hasta llegar hasta dónde estás hoy?

E.I.- A lo largo de mis casi 30 años de carrera profesional he tenido la oportunidad de ocupar diferentes posiciones y asumir desafíos muy diversos, lo que me ha obligado a evolucionar y reinventarme constantemente. Los obstáculos que he encontrado han sido anecdóticos, vistos con perspectiva, y más de personas en concreto. En mi compañía actual, afortunadamente, he trabajado en un entorno que ha favorecido mi crecimiento, permitiéndome desarrollar mi potencial de la mano de un visionario como Alain Afflelou. Su liderazgo, alejado de estructuras jerárquicas rígidas, ha brindado la flexibilidad necesaria para asumir nuevas responsabilidades y ampliar mi horizonte profesional.

Gracias a ello, he podido desempeñar distintos roles en áreas como marketing, ventas, franquicias e incluso en el ámbito internacional. Más que romper techos de cristal, mi trayectoria ha estado marcada por la capacidad de identificar y aprovechar oportunidades, lo que ha abierto nuevas puertas en mi camino. Mi posición me ha permitido «arrastrar», me ha ayudado a empoderar a las mujeres que me rodean y de alguna forma darles alas.

TOFF.- Durante tu carrera profesional has estado ligada al mundo de la publicidad y comunicación y ahora al retail sanitario, ¿has notado diferencia en cuanto al papel de la mujer en ambos sectores?

E.I.- A lo largo de mi carrera, he trabajado tanto en marketing y comunicación como en el retail sanitario, y en ambos sectores la presencia femenina es significativa, aunque con diferencias. En comunicación y marketing, las mujeres destacan en áreas creativas y de relaciones públicas, representando el 72% del sector (ADECEC) con fuerte presencia en la dirección de las compañías.

En el retail sanitario, su papel es clave en óptica, audiología y gestión de negocios, aunque desafortunadamente más en la primera línea. Un reto sigue siendo el acceso a puestos de alta dirección como decía antes. Hay mucha mujer en la atención al público, pero mucha menos tomando decisiones de impacto. Y esto deja claro que aún queda mucho por hacer en igualdad de liderazgo.

Eva Ivars en una reunión con su equipo directivo

TOFF.- Tu ascensión en AFFLELOU ha sido rápida, pero ¿has sentido alguna vez que tenías que esforzarte más por ser mujer?

E.I.- Es cierto que la segunda parte de mi carrera ha sido en AFFLELOU, aunque no diría que tan rápida tras 20 años. Es cierto que aquí la igualdad y la diversidad son pilares fundamentales, por lo que nunca he sentido que ser mujer haya supuesto una barrera ni que tuviera que esforzarme más, y lo mismo ocurre con mis compañeras. Aquí se valora el compromiso y el esfuerzo diario, ofreciendo igualdad de oportunidades para todos, eso no significa que el camino sea fácil para nadie, ya sean hombres o mujeres. Lo realmente importante es la perseverancia, la constancia y la capacidad de demostrar nuestro talento con resultados, independientemente del género.

TOFF.- ¿Sientes que has tenido que renunciar a algo de tu esfera privada para poder triunfar en la empresarial?

E.I.- Creo que todo se reduce a una buena organización y gestión del tiempo, especialmente en un puesto directivo, aunque todos tenemos que hacer elecciones en determinados momentos, y esas elecciones a veces son sacrificios, ya sean personales o profesionales. Decidir dónde vas mañana es renunciar…. Sin embargo, creo que se puede conciliar la vida profesional con la personal si se planifica mínimamente, dedicando tiempo a lo que realmente importa, como el deporte o los viajes en familia.

La clave está en aprovechar al máximo cada momento y, sobre todo, poder delegar en tu equipo cuando es necesario. De esta forma, puedes equilibrar ambas esferas sin tener que renunciar al completo a ninguna de ellas. Las personas somos un «todo».

TOFF.- ¿Existe un liderazgo femenino y uno masculino diferenciado? En caso afirmativo, ¿dónde crees que radica la diferencia? ¿Cuál es el tu tipo de liderazgo?

E.I.- Existen diversas opiniones sobre las diferencias entre el liderazgo femenino y masculino, pero yo creo que la verdadera distinción radica más en el estilo de liderazgo que en el género. En mi caso, adopto un estilo de liderazgo «sherpa», en el que me gusta explorar el camino junto a mi equipo, guiándolos y apoyándolos en cada paso hacia el éxito. Creo que la cercanía del líder con su equipo, su presencia en el terreno y la confianza mutua son esenciales para crear un entorno donde las personas se sientan conectadas e integradas. Esta implicación es la que fomenta un liderazgo real, donde el éxito se construye en conjunto.

TOFF.- Como experta en comunicación y marca, ¿crees que la marca «Mujer» vende?

E.I.- Lo que realmente «vende» es el compromiso genuino de una empresa y sus líderes con la igualdad y con valores que respalden ese compromiso. La clave está en aportar valor y autenticidad, y llevar esos principios a la práctica de manera consistente. No basta con posicionarse como una marca que apoya a las mujeres si luego no se implementan políticas que fomenten esa cultura en todos los niveles: desde los equipos hasta los clientes y proveedores. La verdadera fuerza de la marca radica en la coherencia entre el discurso y la acción. Así que no, no creo que la «Mujer» sólo por ser mujer venda.

TOFF.- ¿Qué crees que hace falta para avanzar en igualdad? ¿Hay falta de talento femenino o de oportunidades?

E.I.- El avance en igualdad no está relacionado con la falta de talento, sino con la falta de oportunidades…y muchas veces nuestras propias limitaciones. En España, hay mujeres brillantes, con formación de primer nivel, experiencia sólida y una visión estratégica afilada. Son líderes natas, innovadoras y creadoras de valor. ¿El desafío? Romper las barreras invisibles: contrataciones desiguales, techos salariales y ascensos que no llegan.

Pero también hay una realidad incomoda: nosotras mismas nos frenamos. El síndrome del impostor afecta al 75% de las mujeres en algún momento de su carrera. El 60% de las mujeres creen que no cumplen con todos los requisitos a la hora de postularse a un ascenso (frente al 40% de los hombres).

Necesitamos cambiar el chip. No basta con exigir igualdad, nos la tenemos que creer. Redes de apoyo reales, como la mentoría, o programas de emprendimiento son claves, porque cuando una mujer avanza arrastra a muchas más con ellas y eso es transformación, no sólo igualdad.

TOFF.- Cuanto más en la cima está una empresa y más alto miras en su cúpula, menos mujeres encuentras, ¿qué les hace falta a las grandes empresas para apostar por el talento femenino como CEOs o directoras generales?

E.I.- Todos sabemos que el cambio no llega solo, hay que provocarlo. El sistema sigue funcionando a favor de los de siempre. Si realmente queremos cambiar las reglas del juego, no podemos seguir haciendo lo mismo. Necesitamos medidas más audaces, acciones que rompan inercias y aceleren el cambio desde dentro. No basta con intenciones ni programas que quedan bien en los informes anuales. Hace falta mover fichas de verdad.

Si las empresas premian resultados financieros, EBITDA o crecimiento, ¿por qué no recompensar también los avances en igualdad? No hablamos de cuotas vacías, sino de medir y premiar el acceso real de mujeres a puestos de liderazgo. Porque lo que no se mide, no se mueve. Por otra parte, está demostrado: las mujeres negocian menos y ascienden más tarde. Y no por falta de talento, sino por falta de información y visibilidad. Publicar rangos salariales y criterios de promoción acabaría con la opacidad que perpetúa la desigualdad. Que los datos hablen y las empresas actúen en consecuencia.

También creo que tener mentores es útil, pero tener sponsors marca la diferencia. No basta con consejos bienintencionados; necesitamos figuras dentro de la organización que apuesten de verdad por el talento femenino, lo impulsen en la toma de decisiones y lo coloquen en la primera línea de ascensos.

El talento femenino ya está ahí. Lo que falta es un entorno que lo impulse y lo haga llegar a la cima. Si seguimos dejando el cambio en manos de la inercia, tardaremos décadas.

TOFF.- Eres madre de niñas. Si repitiera esta entrevista con una de ellas dentro de 15 años, ¿qué respuesta te gustaría que me diera a la situación de la mujer en la empresa?

E.I.- Ojalá no hubiese que hablar de la situación de la mujer en la empresa. Me gustaría que mis hijas hablaran del mundo empresarial sin que la igualdad de oportunidades fuera un tema de debate, sino un hecho incuestionable. Que al referirse a líderes lo hicieran sin etiquetas de género, porque eso significaría que no solo hemos cambiado la cultura empresarial, sino que hemos redefinido el mundo en el que vivimos.

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