Las mujeres ocupan solo el 29,7% de los asientos en los Comités de Dirección de las empresas iberoamericanas. Si se lograra reducir esta brecha de género, el PIB regional podría experimentar un incremento del 8% y la rentabilidad empresarial ascendería un 21%, según un informe presentado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en Madrid.
El análisis, titulado ‘Participación de las Mujeres en los Consejos de Administración de Empresas Iberoamericanas Cotizadas‘, estudia once países de la región, incluyendo Colombia, España y Brasil. Resalta las diferencias notables entre las políticas de igualdad en Europa e Iberoamérica, donde gran parte de las medidas son voluntarias y se limitan al sector público. «Cerrar la brecha de género es una de las formas más eficientes de potenciar la competitividad de nuestras empresas, estimular el crecimiento económico, aprovechar el talento local y construir sociedades más justas e inclusivas», afirmó Andrés Allamand, secretario general iberoamericano.
El informe enfatiza que América Latina y el Caribe se enfrentan a barreras culturales y una falta de regulaciones efectivas que obstaculizan la inclusión de mujeres en cargos directivos. Argentina, Brasil y Venezuela destacan por sus niveles bajos de representación femenina. Por el contrario, Perú y Colombia muestran avances significativos, alcanzando las mujeres un 32,2% en los Comités de Dirección en Perú y Colombia lidera con un 27,3% en los Consejos de Administración.
Mónica Chao, coautora del informe, ha asegurado que reducir la brecha de género en la dirección corporativa representa «una oportunidad estratégica, ya que podría implicar un aumento del PIB regional de casi un 8% y un 21% más en rentabilidad empresarial». Además, el estudio resalta que la representación femenina en sectores como los servicios financieros y retail supera el 30%, mientras que en minería y energía se mantiene por debajo del 20%.
En el contexto europeo, España lidera con un 39,4% de representación femenina en sus Consejos de Administración, gracias a leyes de cuotas obligatorias que requieren un 40% de mujeres. Portugal le sigue con un 31,8%, influido por políticas públicas de igualdad de género. En contraste, Venezuela se encuentra rezagado, con solo un 5,36% de representación femenina en sus consejos.
El análisis concluye que las empresas que incorporan la igualdad de género como parte de su estrategia operativa son más competitivas y rentables. Estudios recientes indican que aquellas empresas que cuentan con más de un 30% de mujeres en sus órganos directivos registran mayores incrementos en rentabilidad y competitividad, lo que subraya la necesidad de políticas más inclusivas.
Finalmente, el informe llega a la conclusión de que es imperativo adoptar medidas más concretas y efectivas en Iberoamérica para cerrar la brecha de género en el ámbito empresarial, lo que no solo beneficiaría a las mujeres, sino que también propiciaría un crecimiento económico y una justicia social más robustos en la región.