Habitualmente estamos acostumbrados a notar una serie de síntomas e ir al médico, pero ¿y si pudiéramos adelantarnos y prevenir nuestras dolencias? Lo que hace unos años podría haber sonado a ciencia ficción es hoy una realidad gracias a la medicina predictiva genómica.
Esta especialidad «se basa en la variabilidad individual, en los genes y su objetivo es instaurar medidas preventivas antes de tener la enfermedad», explica la doctora Montserrat Noriega, directora de los proyectos de genética para empresas en Quirónprevención.
Este tipo de medicina está cobrando un especial énfasis en el ámbito empresarial. Cada vez más, la salud y el bienestar de los empleados se han convertido en una prioridad para las empresas, que buscan invertir en el capital humano para mantener a sus trabajadores sanos.
Tradicionalmente, las campañas de salud empresarial se han centrado en el diagnóstico precoz de enfermedades. «Ahora tienen la posibilidad de hacer medicina predictiva, previniendo la enfermedad con actuaciones, como cambios en el estilo de vida, de manera personalizados», profundiza la doctora Noriega.
La medicina genómica es la base de este enfoque, ofreciendo nuevos sistemas de determinación de riesgos. Ayuda a calcular el riesgo en individuos pre-sintomáticos, especialmente aquellos con antecedentes familiares de algún trastorno…. La medicina predictiva no es un diagnóstico, predice la probabilidad de tener una enfermedad para permitir actuar antes de su manifestación clínica.
Conocer esta predisposición supone poder atajar un problema antes de que este se manifieste, con el consiguiente bienestar para el posible paciente y la tranquilidad y ahorro de costes para la empresa.
Implicación corporativa
Las compañías, cada vez más, suelen implementar esta política considerándola un beneficio más dentro de las campañas de salud para sus empleados y la participación de estos es voluntaria.
Todo el proceso está avalado por un comité ético que garantiza el cumplimiento de la normativa específica que rige estos estudios en el ámbito laboral. También define los diferentes protocolos de actuación, aunque es la propia empresa la que determina si se tratará de una medida universal o estará destinada a trabajadores que se hayan hecho un examen de salud en la anterior campaña.
Una vez establecido quienes participarán, se inicia la fase de cribado. Este proceso se desarrolla de manera telemática a través de una plataforma propia, como en el caso de Quirónprevención, evitando desplazamientos innecesarios a la vez que se garantiza la privacidad y seguridad de los datos.
El dictamen se realiza atendiendo a cuestionarios específicos sobre su situación personal, antecedentes familiares de hasta segundo grado y unas pruebas objetivas que dependen de la dolencia cuyo riesgo se quiere analizar. Por ejemplo, en el caso de una posible enfermedad cardiovascular hereditaria, «se necesita LDL, ECG y un cuestionario especifico», explica Monsterrat Noriega.
Tras detectar a quienes presentan mayor vulnerabilidad, se habilita una comunicación directa para agendar citas con especialistas y efectuar las correspondientes evaluaciones genéticas. Este planteamiento hace que solamente se realicen pruebas a quienes puedan aprovecharlas, sin imponer análisis innecesarios a la totalidad de la plantilla.
Los hallazgos genéticos son comunicados a cada empleado a través de consultas con especialistas en genética, garantizando comprensión plena de la información, sin importar si los resultados son afirmativos o negativos.
Dado que este tipo de estudios genéticos no se han estandarizado, el retorno de la inversión para las empresas aún no es medible en términos económicos, pero sí introduce un avance en la forma en que las organizaciones velan por su plantilla, enfatizando la relevancia de predecir, prevenir y detectar a tiempo riesgos para mejorar la salud y la calidad de vida en el entorno laboral.