Un nuevo informe de PwC estima que, si la inteligencia artificial (IA) se implementa de forma responsable, podría aumentar el producto interior bruto (PIB) global en un 15% para 2035. El impacto sería comparable al de la revolución industrial, pero su alcance dependerá de factores clave como la confianza pública, la regulación eficaz y la colaboración entre sectores públicos y privados.
El estudio, cimentado en modelos económicos y visiones futuras, advierte que sin la cooperación o la confianza adecuadas, el impacto de la IA podría caer hasta un 8%, o incluso un mísero 1% en los peores escenarios. Estas proyecciones enfatizan cuán crucial es un enfoque adecuado al implementar la IA para maximizar su potencial económico.
PwC también hace hincapié en las implicaciones de la IA respecto al cambio climático, alertando que las amenazas físicas podrían reducir la economía global en casi un 7% para 2035. Y hay más: se prevé que la adopción de la inteligencia artificial dispare el consumo de energía en los centros de datos. A pesar de todo, el efecto de las emisiones generadas por esta tecnología sería neutral si se destinara un 0,1% de cada punto porcentual de crecimiento atribuido a la IA a reducir la intensidad energética.
Mohamed Kande, presidente global de PwC, comenta que «las empresas pueden dar un salto diferencial en su crecimiento si se centran en cómo cambian las necesidades de los clientes y utilizan la tecnología para transformar radicalmente la forma en la que operan». Este enfoque es fundamental para que las empresas aprovechen las oportunidades que brinda la inteligencia artificial.
El informe resalta la importancia de una gobernanza «clara» para garantizar que la inteligencia artificial se utilice de manera responsable y efectiva. La claridad en las políticas y regulaciones permitirá a los sectores sacar provecho de los beneficios potenciales de la IA, al mismo tiempo que se mitigan los riesgos asociados.
Aunque la inteligencia artificial tiene un potencial considerable para impulsar el crecimiento económico global, su éxito no está en manos del azar. La colaboración intersectorial, la confianza pública y una gobernanza sólida son esenciales. Al centrar sus esfuerzos en adaptarse a las necesidades cambiantes de los clientes y transformar sus operaciones con tecnología, las empresas pueden posicionarse de forma favorable en este futuro económico moldeado por la IA.