Las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas que adoptan estrategias de sostenibilidad medioambiental, social y de gobernanza (ESG) no solo superan a la media europea en áreas clave como la cuota de mercado y la fidelización de clientes, sino que consideran estas políticas una «oportunidad de crecimiento».
Sin embargo, España también se sitúa entre los países con mayores barreras percibidas para llevar a cabo esta transición
Estas son las principales conclusiones de un informe elaborado por la aseguradora Generali España y la Universidad SDA Bocconi, difundido con motivo del Día Europeo de la Pyme. El estudio subraya que las pymes españolas perciben beneficios significativos al integrar prácticas sostenible. El 86% reporta una mejora en su impacto ambiental, tres décimas por encima de la media de la UE. Además, el 80% afirma haber aumentado su cuota de mercado, frente al 65% en la UE, y otro 80% señala haber elevado la satisfacción del cliente, comparado con el 74% europeo.
Otros beneficios percibidos por las pymes españolas incluyen el acceso a nuevos mercados (79% frente a 65% en la UE), una mejora en la reputación y el diálogo con los interlocutores (77% frente a 68%), y una mayor satisfacción del equipo directivo (77% frente a 73%). También se registran mejoras en las relaciones con la comunidad (75%), la satisfacción del empleado (73%), la eficiencia operativa (72%), la ventaja competitiva (70%), las condiciones de crédito (62%) y las condiciones de los seguros (55%).
A pesar de estos resultados positivos, el mismo estudio destaca que España se encuentra por encima de la media europea en cuanto a las barreras percibidas para acometer la transición sostenible. La limitación más señalada por el 63% de las pymes españolas es la falta de financiación sostenible, un porcentaje superior al 53% en la UE. Le siguen la escasez de incentivos públicos, mencionada por el 59% en España (54% en la UE), un débil apoyo institucional (58% frente a 53%), y la falta de un marco legislativo claro (55% frente a 51%)2.
También generan preocupación la carencia de recursos económicos y financieros (50%), el reconocimiento insuficiente por parte del mercado (49%), y la falta de capacidades internas (47%). Junto con Hungría, Croacia, Portugal y Eslovenia, España registra una percepción especialmente alta de estos obstáculos. En contraste, países como Francia, Italia, Austria o Alemania presentan un ecosistema algo más favorable para la integración de estrategias ESG en su tejido empresarial.