La normativa europea sobre finanzas sostenibles y una mayor concienciación de los inversores están fomentando el lanzamiento y la comercialización de fondos de inversión que cumplen criterios de sostenibilidad por parte de las gestoras internacionales.
Hace tiempo que la demanda de inversores profesionales como fondos de pensiones o determinadas fundaciones ha permitido este auge, que ahora se ve acentuado por determinadas acciones políticas y sociales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, de 2015, las cumbres contra el cambio climático y la reducción del impacto de la huella del carbono en la actividad económica.
Hasta tal punto ha llegado la importancia de estos criterios en la gestión de la inversión colectiva que a finales de 2016 el 52% de todos los activos patrimoniales se manejaban conforme a la ISR, según los datos de la Alianza Global para la Inversión. En Estados Unidos, el volumen patrimonial gestionado bajo estos parámetros ha pasado de poco menos de un billón de dólares a 8,7 billones en poco más de una década (1995-2016), según el Foro de Inversión Sostenible y Responsable.
De esta forma, la oferta de fondos que tienen en cuentas estos aspectos, que abarcan desde el medio ambiente a las prácticas de buen gobierno corporativo, se ha extendido entre las firmas internacionales durante los últimos años. Robeco es una de las gestoras pioneras en introducir el enfoque de la ISR en la gestión de sus activos.
Cuenta con varios fondos, como el Robeco Euro Sustainable Credits, que ofrece una exposición diversificada a las empresas más sostenibles en cada sector dentro del mercado de crédito de grado de inversión en euros. Además, también tiene en su gama los fondos RobecoSAM Sustainable Global Equities y RobecoSAM Sustainable European Equities. El primero trata de identificar líderes de sostenibilidad corporativa infravalorados. El universo de inversión del fondo incluye compañías globales en el índice mundial MSCI, así como compañías con una fuerte exposición a los temas de sostenibilidad y una capitalización de mercado mínima de mil millones de dólares.
RobecoSAM Sustainable European Equities, por su parte, basa su estrategia en la convicción de que las empresas sostenibles tendrán un rendimiento superior en el largo plazo y que el impacto de la sostenibilidad está poco investigado, subestimado y, en última instancia, mal valorado por los mercados de capital.
La gestora también tiene en su gama varios fondos temáticos, como RobecoSAM Sustainable Water, que invierte en empresas de productos y servicios para abordar los retos globales en relación con la escasez, la calidad y la distribución del agua; o RobecoSAM Smart Materials, RobecoSAM Smart Energy y RobecoSAM Sustainable Food Equities.
Otra gestora pionera en la inversión socialmente responsable es Groupama Asset Management, que cuenta en su gama con el fondo Euro Capital Durable, que invierte en renta variable de la eurozona en empresas de gran capitalización, con una metodología best in class, en la que los gestores favorecen las mejores compañías en términos ESG (environmental social and governance), excluyendo el 20% de las compañías que peor nota saquen en términos ISR y en cada sector del universo invertible. Y el Groupama Crédit Euro ISR, que invierte en deuda corporativa con el mismo método.
En BNP Paribas Asset Management también dividen su gama de fondos ISR entre los best in class y los temáticos. Dentro de éstos últimos, cuentan con un fondo destacado, el Parvest Aqua, un fondo de renta variable global que invierte en títulos de empresas cuyas actividades están relacionadas con el agua que, principalmente, incluyen: tecnologías de tratamiento del agua y sus instalaciones; instalación, mantenimiento y renovación de los sistemas de suministro del agua; gestión de los servicios públicos del agua (bombeo, tratamiento del agua potable, tratamiento de aguas residuales, descontaminación y reciclaje).
La cartera del fondo está formada por entre 40 y 60 títulos de empresas de todo el mundo. Las acciones se seleccionan en un universo de aproximadamente 250 compañías basándose en perspectivas de crecimiento y de valor potencial; y dichas acciones cumplen con la política ISR de BNP Paribas AM que incluye, entre otros, los diez principios del Acuerdo global de Naciones Unidas.
Fondos de renta fija con ISR
M&G lanzó al mercado el pasado mes de noviembre el fondo M&G (Lux) Global High Yield Bond, con el fin de dar respuesta a una demanda poco atendida en los mercados de bonos: la aplicación de factores ESG en la inversión en renta fija de alto rendimiento.
El equipo gestor, capitaneado por James Tomlins y Stefan Isaacs, tiene como objetivo satisfacer la integración de factores ISR de manera eficiente y sin olvidar el objetivo de rentabilidad requiere de recursos y de experiencia. M&G lleva invirtiendo en los mercados de high yield desde 1990 y la firma cuenta con recursos internos muy extensos de análisis de crédito.
El fondo integra consideraciones ESG en el proceso de inversión mediante tres etapas de filtrado. La primera etapa excluye las compañías que infringen los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas sobre derechos humanos, laborales, medioambientales y de lucha contra la corrupción. La segunda descarta a las compañías que obtienen ingresos de sectores específicos (tabaco, alcohol, entretenimiento para adultos, apuestas, carbón térmico, defensa y armamento).
En la tercera etapa se filtran las compañías de modo positivo, es decir, en función de sus credenciales ESG de acuerdo con las valoraciones proporcionadas por MSCI. El fondo, gracias a la exhaustiva evaluación de factores ESG, excluirá también a las compañías que considere rezagadas en su sector y que muestren unas credenciales ESG deficientes respecto a sus competidores.
En Nordea Asset Management cuentan con la gama Stars, centrada en inversión socialmente responsable, compuesta por cinco fondos, con Nordea 1 Global Stars Equity Fund como buque insignia. La estrategia de la gestora para todos sus activos bajo gestión presenta tres niveles de análisis, uno de compromiso con los valores de la ISR, que lleva a la firma a ser proactiva con los derechos de voto en las empresas donde invierte y que incluye una lista de valores de exclusión de firmas, es decir, empresas donde no invierten por no cumplir con el ideario de la inversión responsable, tanto por medio ambiente como por no atender las buenas prácticas de gobierno corporativo. Así, Nordea AM no invierte en empresas donde más del 30% de sus ingresos estén relacionados de alguna forma con el carbono.
Además, cuentan con filtros de exclusión específicos para cada fondo, una estrategia de best in class como el resto de gestoras y fondos temáticos de sostenibilidad.
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