La renta variable estadounidense es cara, pero mantiene el ímpetu de un héroe de Star Wars, según Lukas Daalder, de Robeco, que realiza el siguiente análisis: Las acciones han seguido marcando nuevos máximos históricos, y las cotizaciones del S&P 500 siguen ampliando sus diferencias con los beneficios empresariales subyacentes y con el resto de los mercados de renta variable, afirma Daalder, director de inversión de Robeco Investment Solutions. Sin embargo, esta tendencia alcista podría no terminar hasta que no se produzca algún suceso disruptivo importante, aunque lo irónico es que, en caso de producirse tal “corrección”, el mercado más seguro en el que estar sería el estadounidense, según explica. Por este motivo, el fondo multiactivos de Daalder se encuentra sobre ponderado en renta variable, aunque ha tomado medidas preventivas de tipo “stop-loss”. “Desde luego, no somos los primeros en citar las palabras de Darth Vader, y seguramente no seremos los últimos, pero ‘su Fuerza es muy intensa’ nos parece una forma muy acertada de describir el repunte que protagoniza actualmente el mercado de valores”, afirma Daalder. “A pesar de todos los obstáculos que se van presentando en el camino, al cierre de cada mes vemos que ninguno de ellos ha logrado desbaratar esta tendencia al alza. ¿Septiembre es el mes más volátil? Ni caso. ¿Las conversaciones sobre el Brexit no avanzan? A quién le importa. ¿Corea del Norte, el país del pequeño hombre cohete? Una oportunidad de compra. ¿Falta de liderazgo político sólido en EE.UU.? No es un problema.” “El mercado estadounidense se ha mostrado más que dispuesto a hacer caso omiso de los riesgos y a seguir buscando razones para proseguir su ascenso. Su momentum es fuerte, pero la preocupación crece entre los inversores: el mercado estadounidense resulta caro.” Las tres formas de valorar los mercados Podemos determinar si un mercado es caro, o no, de tres formas. La primera, atendiendo a la ratio precio/beneficio ajustada conforme al ciclo, o CAPE (Cyclically Adjusted Price to Earnings), a través de la cual se compara el promedio de los beneficios reales de los últimos 10 años con el precio del S&P 500. El valor de la CAPE se disparó, como muchos saben, justo antes del estallido de la burbuja especulativa de las “punto com”, así como en la antesala del crac bursátil que marcó el inicio de la Gran Depresión de los años 1930. “Su lectura al cierre de septiembre es de 30,7 veces los beneficios, de manera que las acciones estadounidenses se sitúan claramente en el 5% más alto de la horquilla de registros históricos para este dato”, aclara Daalder. “Otra forma de demostrar que el índice S&P 500 viene reflejando en sus cotizaciones una dosis importante de buenas noticias —más allá del crecimiento de la economía real— consiste en comparar el incremento del S&P 500 con el de los beneficios empresariales. En los últimos seis años, los beneficios por acción han aumentado un 22%, mientras que el S&P 500 ha crecido cinco veces más (122%). Así pues, no hay duda de que en los últimos años el S&P 500 se ha incrementado estructuralmente mucho más rápido que la economía subyacente.”
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