"El mercado aprueba al equipo económico, pero pide demanda medidas". "Presidente saliente del Banco Central elogia a su sucesor". "Nuevo ministro arma equipo esencialmente fiscalizador". Estos fueron los títulos con que los principales diarios locales presentaron al equipo económico del nuevo Gobierno de Brasil.
En una profunda crisis política y económica, el país vive el segundo proceso de destitución presidencial de su historia. Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (izquierda), fue suspendida bajo cargos de irregularidades presupuestarias.
En su lugar asumió, el 12 de mayo, el vicepresidente, Michel Temer, blanco, a su vez, de denuncias vinculadas con el escándalo de corrupción "Lava Jato", nombre de una investigación judicial que ya ha llevado a prisión a destacados políticos y empresarios.
Representante del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) -débil en los votos, pero fuerte en la articulación entre bastidores- Temer nombró como su ministro de Economía a Henrique Meirelles, que presidió el Banco Central (BC) durante los ocho años de mandato de Lula da Silva (padrino político de Dilma Rousseff).
Meirelles, por su parte, nombró como titular del BC a Ilan Goldfajn, economista jefe de Itaú Unibanco, banco que en 2015 tuvo un lucro de 6.700 millones de dólares mientras la economía brasileña se contraía un 3,8%.
Optimismo y cautela
Las primeras reacciones al nuevo equipo económico han sido positivas, aunque con cautela. La economía brasileña se contraerá un 3,9% en 2016 y crecerá un 0,5% durante 2017, según el cálculo promedio que realiza el BC semanalmente.
El FMI estima un resultado similar: caída del 3,8% en 2016, pero recesión aún en 2017. La agencia Reuters publicó en febrero un sondeo que indica una percepción promedio de que la economía brasileña volverá a su tamaño previo a la crisis recién en 2019.
Temer apunta inicialmente a reformar los sistemas de pensiones, beneficios sociales y tributario, además de proponer la privatización de compañías. Son medidas impopulares, tras doce años de una administración en sentido opuesto, y de difícil aprobación en un Congreso fragmentado.
Inmediatamente después de estos anuncios, la Bolsa de São Paulo cayó 1,10% y el dólar subió 0,21%. Analistas consideran que ello no fue una reacción negativa al nuevo equipo, al que calificaron como "respetable", sino reflejo de la economía de Estados Unidos, donde se espera un aumento de los tipos básicos de interés.
Horizonte aún nublado
De esta manera, además de expectativa, hay cautela en Brasil, principalmente debido a las complicaciones que aún están en el camino. "Los mercados reaccionarán positivamente si el Gobierno logra implementar ajustes, lo que dependerá de sus negociaciones de aquí en adelante", dijo la consultora Guide Investimentos al diario Folha de S.Paulo.
Otro frente no menor es el de la Justicia, que podría obligar a Michel Temer a seguir el mismo camino que Dilma Rousseff, pues la Corte Suprema aprobó, el 17 de mayo, un trámite para que la Cámara de Diputados continúe las investigaciones para determinar si el ahora presidente interino cometió las mismas irregularidades que motivaron la suspensión de Rousseff y si recibió pagos irregulares de empresarios.
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