Mario Draghi ya lo ha dejado claro. En marzo se revisará la política monetaria y posiblemente habrá nuevos estímulos. Pero, ¿de verdad serán útiles estas nuevas medidas? Si miramos la historia reciente, las políticas de flexibilización en Europa habrán mejorado las condiciones crediticias. Sí. Pero ni han ayudado a uno de los objetivos principales del BCE, hacer subir la inflación hasta acercarse al 2%, ni mucho menos a estabilizar los mercados financieros.
Bajo esta perspectiva, los expertos de Newton (filial de BNY Mellon IM) se cuestionan si los organismos monetarios deberían continuar con sus políticas de flexibilización cuantitativa (QE), o bien buscar nuevas formas de escapar del endeudamiento por la vía de la inflación.
A su juicio, las medidas de los últimos años solo han servido "para distorsionar las señales importantes que envían los precios y el mercado al sistema financiero y al conjunto de la economía". Su opinión es que el dinero barato ha conducido a una explosión de la capacidad, no solamente de forma directa, "sino también salvando de la quiebra a empresas ineficientes (zombis)".
"Los magos de la política monetaria sobrevaloran su influencia sobre la economía real (vaticinando relaciones causa-efecto a menudo falaces entre las variables en las que se concentran) y al mismo tiempo subestiman su efecto sobre los mercados financieros", insisten los expertos.
Es cierto que el QE ha influido en la mejora de ciertos factores macro. Sin embargo, las expectativas de crecimiento del PIB global continúan cayendo. La OCDE ha sido la última institución en recortar las suyas para 2015/16. "En nuestra opinión, las mayores revisiones a la baja tienen lugar claramente en el mundo emergente y entre los exportadores de materias primas y energía". Pero también en economías desarrolladas como EEUU, donde el debate sobre una nueva posible recesión está ahora más vivo que nunca.
Desde la firma recuerdan cómo incluso los defensores incondicionales de la QE están dispuestos a admitir que estos programas pierden eficacia cuando las rentabilidades de la deuda ya son muy bajas, y un mayor volumen de compras oficiales podría limitarse a distorsionar más si cabe los mercados de capitales.
"De prevalecer las tendencias actuales, parece cada vez menos plausible que la Fed suba sus tipos de interés de forma significativa a corto plazo", indican los expertos de Newton Incluso consideran que si la tendencia se prolonga, "es probable que el péndulo vuelva hacia más medidas de estímulo que hacia el despegue del precio del dinero desde el límite cero".
Pero, ¿qué podrían hacer los organismos monetarios? Para los expertos, lo más probable es que se acelere la creación de dinero y que se recurra a la monetización plena del gasto deficitario (como ya hace Japón). "A nuestro juicio, esta ruta gozaría de aceptación popular, pues se vería como una inyección directa de dinero en la economía real, en lugar de en los bolsillos de los propietarios de activos a través de los mercados financieros".
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