La lucha de los grandes bancos centrales contra la inflación ha puesto, según datos recopilados por Bloomberg, las rentabilidades de al menos un tercio de los 6,26 billones de euros de bonos gubernamentales en el mercado se sitúanya cerca de cero. Y esto está obligando a inversores, incluso los más conservadores, a tomar riesgos en activos y regiones que hace apenas unos meses ni siquiera hubiesen considerado.
Algunos grandes fondos de inversión ya se están moviendo en este sentido. Es el caso del fondo soberano de Noruega, con cerca de 870.000 millones de dólares, que, según recoge Bloomberg, a cierre de 2014 había invertido en países como Ghana o en la divisa de Nigeria, elevando además su exposición a deuda corporativa de menor calificación hasta el mayor nivel desde 2006.
Del mismo modo, la aseguradora europea Allianz, está pasando de los bonos alemanes a otro tipo de activos como las hipotecas. Bloomberg también recoge cómo JP Morgan Asset Management ha comenzado a comprar bonos corporativos de grado especulativo en busca de mayores rendimientos. Según los cálculos de la agencia, unos 1,44 billones de euros de deuda soberana cotizan con rentabilidades negativas, lo que significa que esos bonos están garantizando pérdidas para los compradores que los mantengan hasta su vencimiento. Aunque hay que recordar que el escenario puede cambiar hasta entonces, permitiendo ganancias antes de esa fecha.
Es evidente que "con independencia de los niveles de deuda, y al margen del crecimiento potencial que los hace sostenibles en el tiempo, las rentabilidades caen bajo la presión de la demanda ejercida por los bancos centrales", explica José Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi en España.
En un reciente informe, los expertos de Robeco recuerdan que "no se trata solo de un fenómeno europeo, sino que los tipos están bajando en todo el mundo. Incluso los bonos japoneses a 10 años registraron un mínimo histórico del 0,3% al final del año".
Lukas Daalder, Director de Inversiones de Robeco Investment Solutions recuerda que ya en 2011, en el punto álgido de la crisis del euro, los intereses de los bonos alemanes a 1 año bajaron por debajo de cero, cuando los inversores huían de los mercados periféricos de renta fija. "Para muchos, asumir un interés ligeramente negativo resultaba mucho más atractivo que la posibilidad de perderlo todo si la zona euro se desintegraba", explica.
Para el experto existen diversos argumentos que justifican por qué puede llegar a tener sentido invertir cuando los intereses son negativos. El primero, los planes de expansión cuantitativa de los bancos centrales: los programas de compra de bonos a gran escala seguirán impulsando la demanda. Además, señala que "invertir en bonos aún con rentabilidad negativa tiene mucho sentido si se prevé que los precios vayan a seguir cayendo. Podemos perder en términos nominales, pero en términos reales aún obtendremos un resultado bueno", explica.
A su juicio, "aunque la curva de rentabilidad sea negativa, todavía es posible obtener beneficio de las variaciones positivas de los precios, sobre todo si los inversores siguen yendo más abajo en dicha curva". Y recuerda que la decisión del BCE de bajar los tipos para depósitos al menos 0,2% supone que, para un banco, invertir en bonos con interés negativo puede ser una opción mejor que consignar en depósitos sus excedentes de liquidez.
A pesar de ello, las gestoras se están planteando cambios en sus estrategias ante el nuevo escenario de búsqueda de rendimientos en renta fija. También las españolas. En un reciente informe analizando la existencia o no de una burbuja en el mercado de renta fija, David Ardura, gestor del fondo Gesconsult RF Flexible, explica que su idea central sigue siendo estar posicionados con duraciones medias (4-5 años) para aprovechar esa caída de tipos de interés que esperan por el QE. "Somos plenamente conscientes del carácter transitorio de esta situación, por lo que la duración la estamos cogiendo en Deuda Pública (Portugal y España), de manera que no tengamos problemas de liquidez cuando queramos reducir la sensibilidad de las carteras". Esta rebaja de duraciones la irán realizando de manera gradual en la medida que vayan cayendo los tipos de interés.
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