Popular ha sorprendido a todo el mundo al anunciar una ampliación de capital por 2.500 millones antes de la apertura del mercado, que supone prácticamente la mitad de su capitalización bursátil. El propio banco reconoce que la operación se debe a reforzar su posición y fortalecer balance. Pero esta realidad la ha impuesto el Banco de España con la nueva regulación para reclasificar el riesgo crediticio de las entidades financieras que entrará en vigor a partir de octubre.
Según el propio Banco de España, la nueva normativa que supone adaptarse a las nuevas exigencias contables internacionales "no iba a tener un impacto significativo" en las entidades, pero como adelantó DIRIGENTES no iba a tener consecuencias por igual, castigando principalmente a las entidades con mayor exposición al ladrillo. Desde que comenzó la reestructuración financiera, el Banco Popular es la entidad cotizada más débil y la que peor evolución tiene en bolsa entre los grandes bancos.
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