Según el juez de primera instancia, el segundo Tribunal del Circuito de Apelaciones de Manhattan erró al desestimar una demanda presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles que impugnó la constitucionalidad de la vigilancia sobre el terreno que violaba la privacidad de las personas.
En diciembre de 2013, el juez del distrito de Manhattan William Pauley desestimó la demanda de la ACLU, diciendo que el programa de la NSA fue un "contragolpe" del Gobierno para sumar esfuerzos para luchar contra el terrorismo.
Escribir para un panel de la corte de apelaciones de tres jueces, sin embargo, el juez de circuito Gerard Lynch dijo que el Congreso no autorizó el programa de la NSA en una sección de la Ley Patriota que rige cómo los investigadores pueden recopilar información para luchar contra el terrorismo.
"Este desarrollo expansivo del gobierno de los registros anteriormente privados sería una contracción sin precedentes de las expectativas de privacidad de todos los estadounidenses", escribió Gerard Lynch, el juez que ha declarado la ilegalidad de las escuchas, en un auto de 97 páginas.
El Patriot Act es un texto legal estadounidense promulgado por la Cámara de Representantes y el Senado después de los atentados del 11 de septiembre. Su objetivo es combatir el terrorismo dotando a las agencias de seguridad estadounidenses mayor poder. Como consecuencia directa tuvo, sin embargo, un recorte en las libertades y garantías constitucionales de ciudadanos estadounidenses y algo parecido a una carta blanca para que agencias como la NSA promuevan el tipo de actividades destapadas por Snowden. Lo que la Corte ha dictaminado, ahora, es que esas escuchas nunca han sido autorizadas ni han podido acogerse a la sección 215 de dicho Patriot Act.
La decisión judicial de este jueves no resuelve la cuestión de si el programa de la NSA violó la barrera contra registros sin orden judicial bajo el amparo de la Cuarta Enmienda. Se ha confirmado además la denegación de una medida cautelar para detener la colección de registros.
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