NFL: estadios pagados con dinero público

Que la NFL es una máquina de hacer dinero no es una novedad, pero lo que no mucha gente sabe es que los Gobiernos locales aprovechan el empuje de la liga de fútbol americano para beneficiarse, o al menos eso intentan. Cómo lo hacen es muy sencillo, simplemente financian parte de la construcción de los nuevos estadios de los equipos de la ciudad.

Levantar estas grandes construcciones es muy costoso, pero les compensa. Su construcción contribuye en gran medida a la economía de la localidad o el estado en cuestión. Genera gran cantidad de empleo durante y tras su edificación y, además, estos estadios atraen otros eventos deportivos o de otra índole, ya sean conciertos, espectáculos, etc.

Los datos de los últimos 16 años, desde que empezara el siglo XXI, desvelan que se invirtieron para la remodelación o construcción de estadios de fútbol americano 9.876 millones de dólares, del cual el 42% del dinero invertido es público.

Por poner un ejemplo, los Bengals de Cincinnati estrenaron en el año 2000 un estadio de 449,8 millones de dólares, del que el 90% de la inversión fue dinero público. El Paul Brown Stadium es el inmueble de la NFL con mayor participación de los contribuyentes entre el 2000 y 2015.

Los datos que se conocen sobre el  proyecto del Paul Brown Stadium muestran que tuvo un resultado positivo para la franquicia deportiva  y uno negativo para los contribuyentes. Todo con el objetivo de que el equipo se quedara en Cincinnati. En el 2008 el estadio le costó a la población local 29,9 millones de dólares, y para el 2011 se incrementó a 34,6 millones. Pero no podían dejar escapar uno de los emblemas de la ciudad, responsable de grandes inversiones en la localidad.

La organización Taxpayers Protection Alliance realizó una investigación donde refleja que 29 de los 31 estadios de la liga se han remodelado o construido desde 1995 hasta el día de hoy con un subsidio de 7.000 millones de dólares públicos.

La investigación también muestra que la mitad de los estadios de la NFL no tiene más de 20 de años antigüedad, donde los más antiguos son el Memorial Coliseum (1923), que volverá a ser la casa de los Rams, antes de St. Louis y ahora de Los Ángeles, a partir de la siguiente campaña regular, y el de Chicago Bears, Soldier Field (1924). Lo que da una idea de la cantidad de estadios reformados o de nueva construcción en los últimos años.

Solamente un estadio ha sido pagado a 100% por un gobierno, la casa de los Tampa Bay Buccaneers, que se levantó en 1998. El Raymond James Stadium costó 243 millones de dólares, lo cual significa menos de 10% de la riqueza Malcolm Glazer, dueño del equipo. Aun así fue el Gobierno de Florida quien pagó la totalidad del estadio.

También existe la financiación a través de la generación de bonos públicos en el que se bajan los costes del estadio y los intereses son asumidos por los propios contribuyentes, en lugar de ser el gobierno de turno quien paga con el dinero público.

Pero sí que existe un estadio pagado exclusivamente con recursos privados, el MetLife Stadium, perteneciente a franquicias de los New York Giants y los New York Jets; no hay dinero público invertido, y llama la atención saber que es el estadio más caro de la NFL. Está situado en el New Jersey costó 1.600 millones de dólares.

El Levi’s Stadium, el que será la sede de la edición 50 del Super Bowl, fue construido con un 10% de recursos públicos, y aunque en sus inicios se concibió como un proyecto de 987 millones de dólares, acabó costando 1.200 millones, es decir, 120 millones salieron de dinero público.

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