Fracking: revolución, lucha de titanes y ¿algo más?

Algunas estimaciones apuntan a que Estados Unidos podría dejar de ser importador neto de energía en los próximos años. Una "amenaza" a la que el cártel ha respondido con su decisión de no recortar la producción (controla un tercio de la misma) a pesar del desplome de los precios (aún cuando caigan hasta los 40 dólares), pues el hundimiento de estos puede provocar que la fractura hidráulica ya no sea tan rentable y se deje de invertir en ella.

Tal y como explicaba José Carlos Jarillo, managing partner de SIA, durante una conferencia a mediados de febrero organizada por Abante, en 2014, sólo hay un lugar en el que se ha producido más petróleo. Es Estados Unidos y, en concreto, estamos hablando de shale oil o petróleo de esquisto.

"En los últimos cuatro años, el crecimiento de la producción de petróleo de esquisto equivalente a todo el crecimiento de la producción mundial", explicaba. Y es que, prácticamente, la producción en el resto de países está en declive con excepciones como Irak, Irán o Libia.

La cuestión es que técnicamente el shale oil es completamente distinto al crudo tradicional, lo que hace que la situación actual en este mercado sea completamente distinta a lo que estamos acostumbrados. 

El ciclo de vida de los pozos de fracking es mucho menor y hay que hacerlos mucho más juntos. "La primera diferencia que tenemos con el petróleo normal es que en seis meses (la extracción) está en marcha, sobre todo en Estados Unidos (…) y la segunda es que si dejamos de perforar en un año producimos la mitad y en dos prácticamente nada, con lo cual la oferta pasa a ser muy muy elástica (…) a 50 dólares el barril no da para abrir otro pozo y no se hace (…) con lo cual la respuesta es mucho más rápida", explicaba.

En este contexto, José Carlos Jarillo considera que el petróleo "no puede bajar mucho más de donde ha bajado", pues a corto plazo, es decir, antes de seis meses, debe irse a la valoración en la que el shale oil vuelve a invertir, esto es, entre 60 y 80 dólares. Después deberá repuntar hasta incentivar a aquellos majors que no querían invertir se vean obligados a hacerlo: 90-120 dólares.

Por otra parte, los analistas de ETF Securities recuerdan que el equilibrio de costes es clave en la industria petrolera y el shale oil ha demostrado que "las diferentes formaciones dentro de un mismo pozo pueden tener precios muy diferentes de equilibrio y producir cantidades sustancialmente diferentes de crudo". Así, la firma señala que "la resistencia del petróleo de esquisto estadounidense podría resultar mayor que la de la OPEP".

Como muestra un botón: la Organización creía que la producción estadounidense se volvería vulnerable por debajo de los 85 dólares por barril, "pero la mayor parte del campo Bakken de Dakota del Norte sigue siendo rentable aún con precios inferiores a los 40 dólares. Al mismo tiempo, la mayor parte de los productores del otro lado del Atlántico, han cubierto sus posiciones para 2015 en valoraciones más altas mediante derivados". Mientras tanto, se estima que los países de la OPEP necesitan que el barril esté entre los 90 y los 100 dólares para mantener equilibrados sus presupuestos fiscales y externos.

Con todo, aunque esta firma no espera recortes en la producción sustanciales antes de la segunda mitad de 2015, cree que la debilidad de los precios reducirá la rentabilidad de muchos proyectos de fracking e, incluso, sacará a algunas empresas fuera del mercado. "Creemos que la OPEP terminará viendo esto como algo positivo y apostarán por un recorte en su reunión de junio. Sin embargo, el cártel se moverá con cautela, conscientes de que la producción estadounidense podría aumentar una vez más", concluyen

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *