En la última revisión en España de la aplicación de la normativa medioambiental de la UE que realizó la Comisión Europea (CE) el pasado febrero, el organismo se muestra contundente. España todavía subvenciona los combustibles fósiles, el carbón local, los automóviles de empresa y el gasóleo con respecto a la gasolina “cuando los objetivos políticos podrían alcanzarse de manera menos perjudicial para el medio ambiente”. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente de 2016, en España la tasa impositiva que soportan los vehículos de gasolina es un 26% más alta que los vehículos diésel. Para la CE, este diferencial diésel “no está justificado desde una perspectiva medioambiental” porque el diésel emite niveles superiores de contaminantes atmosféricos y, por tanto, “debería estar sujeto a impuestos más elevados”. España tiene, además, el segundo impuesto más bajo de la UE para el diésel, 331 euros por cada 1000 litros de combustible (frente a los 425 euros para la gasolina). Solo Bulgaria y Lituania imponen menos impuestos específicos al diésel, de 330 euros. Siguiendo con los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, solo Reino Unido no tiene diferencial diésel. Sus coches pagan los mismos impuestos sean gasolina o diésel. España se sitúa en la misma línea que otros países como Croacia (26%), Francia (27%), Finlandia (32%) o Lituania (27%).
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