En 2016, en España había 17.025 megavatios (MW) de capacidad instalada de energía hidráulica. Esto significa que las instalaciones de este tipo de energía, en condiciones ideales, pueden llegar a producir toda esa energía, aunque no tiene por qué alcanzarse esa cifra. Este dato supone que la energía del agua ya no es la principal fuente renovable de España. En 2009, la mayor fuente renovable pasó a ser el viento, que en 2016 ya contaba con 23.057 MW de capacidad instalada. Según los datos de Red Eléctrica en su informe “Energía renovable 2016”, la potencia instalada de energía hidráulica supone el 16,2% de toda la potencia en España. Así, la energía del agua se sitúa la tercera, por detrás del ciclo combinado y el viento. En condiciones ideales el agua puede producir unos 17.000 MW de energía, pero en la práctica la energía hidráulica genera unas cantidades de electricidad muy variables según cómo de seco haya sido el año. En un año húmedo, en España se pueden llegar a generar 40.000 gigavatios/hora (GWh), mientras que en años secos esa cantidad se puede reducir hasta la mitad. 2016 fue, en general, un año bastante húmedo, y por eso se consiguió generar 35.798 GWh de energía hidráulica, casi un 28% más que en 2015, un año más seco. En total, la energía hidráulica supuso el 13,8% de toda la energía que se produjo en España frente al 10,6% que supuso en 2015. Con respecto a las energías renovables, la hidráulica es la segunda mayor fuente de energía en España, con el 35,5% de toda la energía renovable generada en España y por detrás de la eólica.
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