Diferenciación. Es una de las principales claves que apunta Credit Suisse en su estudio sobre los mercados frontera, en el que analiza las perspectivas de inversión, el potencial, y los principales datos demográficos de 30 países emergentes (de Asia, EMEA, África subsahariana, y América Latina) englobados en esta categoría. Y es que, la firma explica que se trata de un universo “muy diverso, que incluye desde países prácticamente desarrollados (como Croacia) a otros con bajos indicadores económicos y de desarrollo (Zambia, Bangladesh) y con algunos de los índices de crecimiento del PIB más fuertes del planeta (superando las tasas anuales de crecimiento de países como China o India)”. Desde la entidad suiza llaman asimismo la atención sobre su “fuerte potencial demográfico”, que incluye factores como “crecimiento de la población laboral, mejora de los indicadores de esperanza de vida, y bajos porcentajes de urbanización que hacen que sea posible aprovecharse de estas ventajas demográficas a la hora de invertir”. Asimismo, Credit Suisse destaca las “significativas” ganancias potenciales de los mercados frontera, “debido a su competitividad, flexibilidad laboral y desarrollo humano”. Estos países, añaden, muestra también “significativas mejoras a nivel institucional y gubernamental, el desarrollo económico ha provocado que la calidad de sus instituciones públicas haya mejorado de manera sustancial incluyendo mejoras burocráticas y administrativas que favorecen la inversión”. Finalmente, Credit Suisse recuerda que son “la zona geográfica con menor representación en los activos de renta fija y renta variable, ya que pese a tener más del 16% de la población y el 5% de la actividad económica sólo poseen el 0,5% de la Bolsa mundial”. Una escasa “representatividad” a la que se suman “valoraciones más atractivas que otras regiones demográficas ya que poseen una gran cantidad de compañías que producen beneficios y con una tradición de creación de valor para sus accionistas”.
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