La elección de Donal Trump como presidente de Estados Unidos y sus promesas de estímulo fiscal e inversión han dado el espaldarazo definitivo a la renta variable frente a la deuda envuelta en una espiral de rentabilidades mínimas y temores de burbuja. El rally que se ha desatado en las Bolsas contrasta con la escalada de las yields de los principales títulos de renta fija soberana, en un contexto de mejores previsiones de crecimiento e inflación, así como de unos bancos centrales ‘en retirada’… Concretamente, estas expectativas se concentran principalmente al otro lado del Atlántico, pues cada vez se hace mayor la brecha del ciclo económico entre ambas regiones. Sin embargo, a pesar del contraste entre una Reserva Federal (Fed) embarcada en un ciclo de endurecimiento monetario y un Banco Central Europeo (BCE) comprometido con los tipos mínimos y las compras de deuda (QE), la Zona Euro, Europa en general (o el mundo), ‘padece’ un elevado riesgo político. La repleta agenda electoral del Viejo Continente (Francia, Alemania, quizá Italia), se suma al ‘regreso’ de la crisis de Grecia y al avance del Brexit. El efecto ‘calmante’ de los estímulos de las autoridades monetarias mantiene, por ahora, las yields de la deuda de la región ‘bajo control’, pero, en cualquier caso, los expertos señalan que la tendencia parece ser al alza… EEUU ‘arrastra’ pero Europa y Japón ‘limitan’ “El reciente incremento de las rentabilidades globales se ha visto impulsado principalmente por el aumento concreto en las estadounidenses, junto con factores cíclicos (como la inflación, el riesgo geopolítico y la volatilidad en el mercado)”, apunta Morgane Delledonne, estratega de renta fija en ETF Securities. Y destaca que desde principios del 2000, cerca de un 60% de los cambios en las yields de los bonos de las economías desarrolladas (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón) se debe a un factor común.
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