Tras un sólido primer semestre de 2017 para la renta variable, el mensaje para el resto del año es la búsqueda de retornos más selectivos. El «factor país» será clave, según apuntan los expertos de Allianz GI. Los inversores ya no pueden confiar en una oleada creciente de datos cíclicos para “mantener a flote todos los barcos”. Por un lado, hay que tener en cuenta ese retorno del «factor país». Durante los últimos 12 meses, una creciente marea de sólidos datos cíclicos sincronizados ha estado empujando la mayoría de las clases de activos. Pero desde la gestora prevén que esto cambie: “la UE y Japón deben fortalecerse, mientras que Estados Unidos, China y el Reino Unido se ralentizarán o se estancarán”. Desde Deutsche Bank apuntan que nos encontramos en un contexto de ciclo avanzado con “valoraciones algo elevadas tanto en renta variable como en crédito”. Por un lado, Europa y Japón siguen dependiendo del apoyo de la política monetaria, a pesar de la mejora progresiva de factores económicos fundamentales. Por otro lado, “los tipos de interés continuarán subiendo en Estados Unidos, a pesar de la desaceleración temporal de su economía”. Por lo tanto, se mantienen firmes en cuanto a su previsión de “una divergencia en los tipos de interés que inevitablemente reforzarán el dólar estadounidense y lo llevará a alcanzar los $1,10 frente al Euro en junio de 2018”. En opinión de Allianz GI, “Europa es un punto brillante”. Como muchas empresas europeas -especialmente en el sector financiero, el de servicios públicos (utilities) y el de telecomunicaciones- “están cotizando con grandes descuentos en relación con sus competidores estadounidenses, la renta variable europea puede ser una oportunidad opuesta, después de seis años de un casi crónico bajo rendimiento”.
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