El Bitcoin es un cohete disparado hacia la luna. El activo de mayor volumen que más se ha revalorizado durante el verano. Y es que ha llegado hasta a superar la barrera de los 5.000 dólares, cuando hace solo unos meses parecía una auténtica locura que rompiera el nivel de los 2.000 dólares. Antes de eso, incluso, ya se hablaba de burbuja y del peligro que podría entrañar a largo plazo. En lo que va de año, ha avanzado más de un 500% y prácticamente un 2200% desde mediados de 2015. Pero la pregunta es… ¿por qué tanto fervor? La media de los analistas no se pone de acuerdo, pero muchos apuntan a la especulación y la protección frente a los riesgos, pese a que su incontinente valor supone per sé un factor peligroso. Pero el no respaldo y el ser un producto al margen de los bancos centrales, está siendo visto como algo absolutamente atractivo. ¿Qué puede pasar a partir de ahora? “Creemos que tanto el bitcoin como las principales criptomonedas se han consolidado entre bancos y otras instituciones. No sólo dentro de la parte de la especulación es donde hay oportunidades de invertir. Incluso bancos como Goldman Sachs han volteado a verla porque está reconfigurando el sistema financiero”, señalaba Jaime Sotomayor, gerente de Operaciones de Latin Plus Trader. Si se ve la evolución del Bitcoin en su gráfico, se puede llegar a la conclusión de que se ha transformado en una de las subidas más rápidas y fuertes de la historia reciente, muy superior a la burbuja puntocom o a otros eventos similares. El analista Jonatahn Tepper lo describía a la perfección recientemente con la publicación de una comparativa entre distintas burbujas de los últimos tiempos: como la del Nasdaq, la hipotecaria, la del petróleo o la de la plata de principios del Siglo XXI.
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