Desafiando la volatilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, la deuda pública mundial cerró el primer trimestre en positivo después de coberturas, apoyada por la fortaleza de la deuda de la periferia del euro. De ahora en adelante, tal y como explica el equipo especializado en renta fija de Fidelity, siguen apostando por «una postura en duración entre neutral y ligeramente positiva en un momento en el que los rendimientos siguen moviéndose en una banda estrecha». Un aspecto importante es que la deuda pública recuperó sus atributos de refugio durante las últimas semanas, cuando «se reavivaron los riesgos geopolíticos, y esperamos que la duración siga siendo un diversificador útil frente a la deuda corporativa y los activos de crecimiento». En lo que respecta a los bonos estadounidenses, la gestora opera que los riesgos se orientan hacia un ritmo más lento de endurecimiento monetario, a medida que la economía se ralentice y la normalización del balance se acelere a lo largo de 2018. En el plano técnico, el deterioro de las cuentas públicas y el refuerzo del endurecimiento cuantitativo darán lugar a riesgos en el plano de la oferta durante el año. “En general, esperamos que los rendimientos de los bonos del Tesoro coticen en una banda estrecha durante el resto de 2018, pero tendiendo a un descenso”, afirman estas fuentes.
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