Los inversores pueden llegar a tomar decisiones de inversión influidos de forma inconsciente por una serie de sesgos emocionales y conductuales que desconocen. El estudio «Behavioral Finance ¿Por qué los inversores actúan como lo hacen y no como deberían?« elaborado por Natividad Blasco y Sandra Ferreruela, Catedráticas de la Universidad de Zaragoza analiza este paradigma y la importancia de saber identificar estos sesgos para evitar que los inversores manejen sus finanzas de forma irracional. «Existen determinados sesgos de conducta de los inversores que se desvían de la racionalidad y que acaban influyendo en como toman sus decisiones de compra, de venta, de elección de activos» según declara Natividad Blasco de las Heras, Catedrática de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Zaragoza. Los sesgos se clasifican en emocionales y conductuales. Los sesgos emocionales estarían relacionados con esa influencia de las emociones de los afectos y de los sentimientos. El sesgo de sobreconfianza sería el más destacado, según Blasco, por «la capacidad que tienen las personas para creer que lo hacemos especialmente bien, que sabemos predecir y podemos interpretar la información mejor que la media». «Realmente esto no es así» añade. De esta forma se puede poner en peligro la rentabilidad de las inversiones cuando sobrevaloramos nuestra capacidad de decisiones e infravaloramos el riesgo. Otros sesgos, como la adversión al arrepentimiento paraliza la toma de decisiones por el miedo a reconocer determinados errores. «Queremos vender un título pero si vemos que su precio está bajando, no queremos arrepentirnos de haber tomado una mala decisión y por ello podemos mantener en cartera ese título perdedor» destaca Blasco. Según el estudio, existe un conjunto de sesgos cognitivos relacionados con los errores de los inversores a la hora de captar una información del mercado y cómo la procesan. «Se eligen noticias que avalan nuestras teorías y se desoye otro tipo información que no les dan la razón. También se maneja de forma diferente el dinero, según su procedencia como por ejemplo, el dinero que nos viene de la lotería y con el dinero que hemos ahorrado» subraya Blasco.
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