Los accionistas del Banco Sabadell están llamados a decidir este miércoles si aprueban la venta de la filial británica TSB al Banco Santander por 2.650 millones de libras (3.050 millones de euros) y un dividendo asociado a la operación de 2.500 millones de euros.
Una primera junta extraordinaria evaluará la venta de la entidad británica, especializada en el mercado hipotecario del Reino Unido, y pocas horas después, una segunda junta someterá a votación el dividendo.
En el banco catalán esperan superar ambos trámites sin sobresaltos, después de que dos de los principales asesores de voto internacionales, ISS y Glass Lewis, hayan recomendado apoyar ambos puntos.
La decisión es clave para el futuro del Sabadell, que llega en un momento crucial para la opa lanzada por el BBVA sobre la entidad.
En un vídeo difundido este miércoles, el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha destacado que la venta de TSB, que es una operación «excelente», es muy beneficiosa para el banco y para sus accionistas, y además, estratégicamente tiene todo el sentido, ya que permite a la entidad centrarse en España, donde tiene mayor capacidad de crecimiento y mejor servicio al cliente.
Tal y como ha explicado, una vez que se cierre la operación de venta del TSB, Sabadell abonará un dividendo extraordinario de 50 céntimos de euro por acción a los accionistas de la entidad.
«Entre los repartos ordinarios y el extraordinario, el Banco Sabadell retribuirá a sus accionistas con 6.300 millones de euros en total entre 2025, 2026 y 2027, lo que supone un 25 % del valor de mercado actual en los próximos doce meses, y hasta un 40 % en los próximos tres años», ha asegurado.
El consejero delegado de la entidad, César González Bueno, también ha manifestado que la venta de TSB es una «magnífica operación».
«Tanto los analistas como los inversores y el mercado en general valoran muy positivamente esta operación, por dos razones: por precio y por estrategia», ha dicho González Bueno, para quien el precio de venta «ha sorprendido», ya que se espera que alcance unos 3.400 millones de euros en el primer trimestre de 2026, lo que supone un múltiplo de 1,5 veces en valor tangible, más del doble que las dos últimas operaciones en Reino Unido.
El acuerdo para vender TSB ha llevado al BBVA a retrasar hasta septiembre el inicio del periodo de aceptación de la opa, que se esperaba que comenzara a finales de julio.
El BBVA ha preferido esperar a que los accionistas del Sabadell sellen la operación en las juntas de este miércoles antes de enviar a la CNMV el folleto de su oferta, que ahora deberá reescribirse teniendo en cuenta el futuro perímetro del banco catalán.
En los últimos días, además, el BBVA ha dejado la puerta abierta a retirar su oferta en pleno mes de agosto si al rehacer sus cifras concluye que la opa ya no generaría el valor esperado.
El consejero delegado de la entidad, Onur Genç, ha advertido de que «no hay ninguna garantía» de que la opa siga adelante.
En los últimos meses, el Sabadell ha hecho de la remuneración al accionista uno de sus principales argumentos para reforzar su propuesta de valor como entidad independiente.
La venta de TSB le permitirá ofrecer un dividendo extraordinario en efectivo de 50 céntimos por acción, lo que supone un total de 2.500 millones de euros.
A esa cifra hay que sumar los 1.300 millones que prevé repartir con cargo a los resultados de 2025, elevando la remuneración total hasta cerca de 3.800 millones en doce meses.
Su plan estratégico hasta 2027 contempla además un reparto total de 6.300 millones de euros.
El BBVA ha avanzado que prevé distribuir entre sus accionistas cerca de 36.000 millones de euros hasta 2028.
Al mismo tiempo, ha reiterado que no tiene intención de mejorar la oferta sobre las acciones del Sabadell, pese a que la revalorización de los títulos del banco catalán ha generado una prima negativa respecto al canje propuesto por el BBVA.