Ante el panorama que tenemos sobre la mesa, con tipos bajos para largo, la generación de rentas recurrentes se complica, al menos con las recetas más tradicionales. El inversor cuenta con la opción de asumir más riesgo, buscar mayor diversificación o apostar por una gestión muy activa en un intento por conseguir rentabilidades aceptables. Sin embargo, tiene sobre la mesa otra posibilidad, la de explorar el mundo de las inversiones alternativas, más allá de los activos tradicionales. Lo tienen claro en Banca March, donde su director de estrategia de mercados, Joan Bonet, aboga por “invertir de manera diferente, incrementando los activos alternativos, así como la inversión en proyectos de capital riesgo, que permitan capturar la prima de iliquidez de los mercados”.
Activos no convencionales
Hay que partir del hecho de que existe poco conocimiento de este tipo de activos, por lo que se necesita un análisis pormenorizado de la mano de un profesional. También hay que tener en cuenta que cuentan con menor liquidez, un aspecto que según Alberto Roldán, director de GBS Finance, hay que empezar a considerar en el contexto actual. “No digo que el inversor necesariamente tenga que incorporar productos ilíquidos para buscar más rentabilidad pero por lo menos tiene que ser una opción dentro de su cartera”, apunta. En este sentido, menciona algunas opciones. “El inversor tiene que empezar a mirar oportunidades no solo en la parte inmobiliaria, que quizás sea la más fácil de identificar, sino a otros activos como Private Equity, capital riesgo o fondos de inversión inmobiliaria alternativa, por ejemplo, tipo residencias”, asegura.
Lo cierto es que el ramillete de opciones es bastante amplio, como apuntan en un estudio realizado recientemente por AFI y Aberdeen Standard Investments. Desde Direct Lending (fórmula para prestar dinero a las empresas), a préstamos cotizados, pasando por Infraestructuras, Real Estate o bonos catástrofe, es decir, instrumentos de deuda cuyo subyacente son seguros que cubren una serie de eventos catastróficos, como huracanes o terremotos.
Y estos serían sólo algunos de los ejemplos porque también se puede mencionar el leasing de aviones, los Litigation Finance o Financiación de litigios a cambio de una parte definida de los ingresos percibidos derivados de la resolución judicial o la inversión en royalties. Es decir, invertir un importe fijo a cambio de flujos variables de ingresos derivados de la tenencia de un royalty sobre una patente, marca registrada, etc. “Este activo se puede tomar como una alternativa a la inversión directa en el capital de compañías que tienen este tipo de patentes”, señalan desde AFI.
Son alternativas todas ellas que hay que analizar muy en detalle para identificar sus ventajas y sus riesgos,muchas veces relacionados con la mencionada iliquidez y con la no existencia de un mercado secundario al que acudir.
Sin embargo, poco a poco han surgido fondos que sirven de carcasa para vehiculizar muchas de estas inversiones alternativas. Un ejemplo de ello es sería Bewater Fund, que permite invertir en Fondos de Inversión Colectiva de tipo cerrado cuyos activos están invertidos en cada caso en participaciones y otros activos ilíquidos de una única empresa no cotizada, según explica su confundador, Ramón Blanco.
2019-10-18 07:34:12