Barco en el océano Barco en el océano

El acuerdo BBNJ, a punto de entrar en vigor, cambiará la historia de los océanos

El Tratado de Alta Mar crea un marco global histórico para proteger la biodiversidad y los ecosistemas oceánicos.
Barco en el océano :: The officer

Por primera vez, la humanidad contará con un marco legal global para proteger las aguas internacionales, que hasta la fecha eran «territorio de nadie».

Tras más de dos décadas de negociaciones, el Acuerdo sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, conocido por sus siglas como el acuerdo BBNJ o mas comúnmente el Tratado de Alta Mar, ha alcanzado las sesenta ratificaciones necesarias para su entrada en vigor. 

Según la normativa del propio texto, esto ocurrirá 120 días después de la última ratificación, lo que sitúa la fecha clave en enero de 2026. Será un momento histórico para la gobernanza de los océanos.

Hito histórico

Hasta ahora, a pesar de que las llamadas zonas de alta mar constituyen mas de un 60% de las zonas oceánicas del planeta carecían de una protección ambiental global.

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Eran, en la práctica, un territorio sin dueño, donde solo se aplicaban acuerdos parciales, como los que regulan la pesca o el transporte marítimo. Con el acuerdo BBNJ, ese vacío empieza a llenarse. 

Pescadores en alta mar :: The Officer

El tratado fue adoptado en 2023 bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). Su objetivo es asegurar que la biodiversidad marina más allá de las aguas nacionales (es decir, fuera de la jurisdicción y soberanía de cualquier Estado) se conserve y se use de forma sostenible.

En términos sencillos: busca que el alta mar deje de ser una zona «sin reglas» para convertirse en un espacio de responsabilidad compartida. 

Protección de especies

Estas aguas, que cubren casi dos tercios del océano mundial, albergan ecosistemas de enorme riqueza. En ellas viven especies migratorias como ballenas o tiburones, corales de aguas profundas y una infinidad de organismos aún desconocidos.

También desempeñan un papel crucial en la regulación del clima. Pero su lejanía y falta de vigilancia las han vuelto vulnerables a la sobrepesca, la contaminación y la minería submarina. 

El acuerdo BBNJ llega precisamente para ofrecer una respuesta global a esas amenazas. Por primera vez, permitirá crear áreas marinas protegidas fuera de las aguas nacionales, algo que hasta ahora era imposible.

Dársena en un puerto
Dársena en un puerto :: The Officer

Estas zonas podrán tener restricciones a la pesca, la exploración de minerales o la investigación científica si se considera que ponen en riesgo ecosistemas valiosos. Las decisiones se tomarán de forma colectiva, en el marco de una conferencia internacional en la que participarán todos los países firmantes. 

Otra de sus grandes novedades es la obligación de evaluar el impacto ambiental de las actividades que se realicen en alta mar. Hasta ahora, ningún acuerdo exigía estudiar las consecuencias de instalar plataformas o explorar recursos en esas zonas. Con el acuerdo BBNJ, será obligatorio realizar análisis previos para evitar daños irreversibles a la biodiversidad. 

Menor acceso

El tratado también regula el acceso a los recursos genéticos marinos, esto es, el material biológico de organismos del océano con valor potencial para la medicina, la alimentación o la industria cosmética.

Hasta ahora, estos recursos estaban controlados por unos pocos países con tecnología avanzada, pero con el acuerdo BBNJ, se creará un sistema de beneficio compartido para que los países en desarrollo también puedan participar y recibir compensaciones ya que el acuerdo promueve la cooperación científica y la transferencia de tecnología, para que todos los Estados, grandes o pequeños, puedan contribuir a proteger el océano. 

Plástico en el océano :: The Officer

El tratado es también una herramienta clave para cumplir el objetivo mundial conocido como «30×30», acordado en el Marco Mundial de la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca proteger el 30% de las zonas terrestres y marinas del planeta antes de 2030. Sin un mecanismo para crear áreas protegidas más allá de las jurisdicciones nacionales, ese objetivo era inalcanzable. 

Herramienta de protección real

Durante las negociaciones del acuerdo BBNJ y tras su adopción, Minna Epps se ha consolidado como una de las voces más mediáticas en defensa del tratado.

Como directora del programa oceánico de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha subrayado en numerosas ocasiones que el acuerdo supone «un cambio de reglas histórico para la protección del corazón azul del planeta».

Barco transportador de gas
Barco transportador de gas :: The Officer

En sus palabras, «por primera vez, la comunidad internacional contará con una herramienta real para proteger la alta mar», un paso decisivo para alcanzar el objetivo global de proteger al menos el 30% de los océanos antes de 2030. 

Con su entrada en vigor, el mundo podrá crear las primeras zonas marinas protegidas internacionales, seleccionadas por su valor ecológico y su importancia frente al cambio climático. 

Enormes desafíos

Pero los retos son grandes. La alta mar es un territorio inmenso y difícil de vigilar. Supervisar las actividades humanas en esas zonas exigirá tecnología, recursos y cooperación. Además, algunos países clave como China o Rusia aún no han ratificado el tratado, lo que podría limitar su alcance real. 

También será necesario coordinar el BBNJ con otros regímenes internacionales ya existentes, como los que regulan la pesca o la minería submarina, para evitar conflictos y duplicidades. Y, sobre todo, asegurar financiación: sin recursos suficientes, muchas de sus promesas podrían quedarse en papel mojado. 

Submarinistas haciendo prospección
Submarinistas haciendo prospección :: The Officer

Con el umbral de ratificaciones ya superado, la ONU ha comenzado los preparativos para su puesta en marcha. En los próximos meses se definirán los reglamentos, los criterios de evaluación y los procedimientos para crear nuevas áreas protegidas. 

Apuesta de futuro

Estamos ante una oportunidad única para corregir décadas de desidia. El BBNJ no es solo un tratado sobre biodiversidad: es una apuesta por el futuro de los océanos y, con ellos, de la humanidad. 

Cuando entre en vigor en enero de 2026, el Tratado de Alta Mar marcará el inicio de una nueva era para los océanos. Si los países cumplen sus compromisos, los próximos años podrían abrir un nuevo horizonte azul: un océano más sano, más justo y verdaderamente protegido. 

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