Friedrich Merz, recién elegido canciller de Alemania, ha anunciado un plan de inversión que destinará miles de millones de euros en gastos de defensa y para reforzar las infraestructuras esenciales del país.
Esta decisión, acordada por conservadores y socialdemócratas, es histórica pues pone fin al freno de la deuda recogido en la Constitución alemana y que impedía que el gobierno tuviese un déficit superior al 0,35%.
En la práctica, esta medida, si logra ser aprobada, marcará que todos los gastos de defensa que superen el 1% del PIB queden exentos de esta regla. El anuncio lleva en un momento de preocupación por las últimas acciones del gobierno de Donald Trump y conscientes de que todas sus decisiones tienen un impacto directo en la UE y en Europa.
«A la vista de la situación de amenaza cada vez mayor, somos conscientes de que Europa y, junto con Europa, la República Federal de Alemania deben hacer ahora grandes esfuerzos para reforzar rápidamente las capacidades de defensa de nuestro país y del continente europeo», ha explicado Merz. En este sentido, el plan anunciado incluye una ayuda inmediata de 3.000 millones de euros para Ucrania.
Además, el líder alemán ha propuesto la creación de un fondo especial de 500.000 millones de euros para la próxima década destinado a revitalizar la economía alemana, que ha estado en recesión durante los últimos tres años tres años. Este fondo contempla inversiones en infraestructuras como carreteras, puentes y redes de energía y se financiará a través de créditos, aunque, según el propio Merz, se espera que el fondo «también movilice inversiones privadas de gran magnitud».
Se espera que estas medidas reactiven la estancada economía alemana y generen un estímulo de la demanda lo suficientemente robusto como para prevenir el riesgo de una espiral recesiva.
El paquete, dado que implica una reforma constitucional, aún debe ser aprobado en el Parlamento alemán y requerirá el apoyo de los Verdes para alcanzar una mayoría de dos tercios necesaria.