Amazon despide a 30.000 empleados por la automatización con IA

Amazon recortará 30.000 empleos corporativos para acelerar su transformación tecnológica y reducir costes mediante la automatización con IA.
Andy Jassy Andy Jassy
Andy Jassy, CEO de Amazon :: The Officer

A partir de mañana, 30.000 empleados corporativos dejarán Amazon. La cifra, adelantada por Reuters, representa el 10% de los casi 350.000 trabajadores de oficina del gigante tecnológico. Será el recorte laboral más grande en la historia de la compañía, superando los 27.000 despidos ejecutados en 2022 durante la crisis de suministros.

El plan, según fuentes cercanas al proceso, busca reducir costes y corregir la sobrecontratación que se produjo durante el pico de demanda de la pandemia. La decisión afectará a casi todas las divisiones del grupo: desde recursos humanos y dispositivos, hasta servicios y operaciones.

Despidos programados (y entrenados)

El pasado lunes, Amazon formó a los gerentes de los equipos afectados para comunicar los despidos a partir de esta semana. Todo se ejecutará con la precisión de un algoritmo: calendarios definidos, mensajes coordinados y notificaciones automatizadas.

La compañía lleva años reduciendo gradualmente su plantilla en áreas no estratégicas como podcasting, comunicación o hardware, aunque nunca con esta magnitud. Esta vez no hay divisiones intocables.

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La IA como argumento y como causa

El movimiento no se entiende sin el contexto tecnológico. La semana pasada, varios ejecutivos confirmaron a The New York Times que Amazon sustituirá más de medio millón de trabajadores por robots en los próximos años. La empresa busca automatizar hasta el 75% de sus operaciones en entregas ultrarrápidas, según documentos internos.

La irrupción de la inteligencia artificial en la estructura corporativa está cambiando las reglas del empleo. Las grandes tecnológicas ya no ajustan por ciclos económicos, sino por niveles de eficiencia algorítmica.

El memorando de Jassy: eficiencia o extinción

«Necesitaremos menos personas realizando algunos trabajos y más personas realizando otros nuevos», escribió Andy Jassy, consejero delegado de Amazon, en un memorando interno recogido por Bloomberg. El mensaje era claro: la plantilla se reducirá a medida que la IA sustituya tareas repetitivas y rutinarias.

Jassy lleva meses pilotando un plan para eliminar lo que él llama «exceso de burocracia», incluyendo una línea anónima de sugerencias internas. Hasta ahora, el buzón ha generado 1.500 respuestas y más de 450 cambios en procesos. Un método eficiente… aunque no precisamente empático.

El coste de competir en la carrera tecnológica

Amazon, con 1,55 millones de empleados en todo el mundo, no es la única que recorta. En los últimos meses, Meta despidió a 600 trabajadores del área de IA y Intel anunció 25.000 despidos adicionales para este año. En paralelo, General Motors ajustará 500 empleos en sus plantas de Detroit y Georgia.

La tendencia responde a dos presiones simultáneas: los nuevos aranceles de la administración Trump, que reducen márgenes empresariales, y la inversión masiva en inteligencia artificial, que disminuye la necesidad de personal humano. La ecuación es simple: más tecnología, menos nóminas.

La automatización ya no se queda en las fábricas

Un estudio reciente de Harvard Business Review, elaborado por Evercore ISI y Visionary Future, advierte que «casi todas las ocupaciones contienen ya tareas que la IA puede realizar tan bien o mejor que una persona».

El matiz más inquietante del informe: los empleos más expuestos ya no están en las cadenas de montaje, sino en las oficinas, donde los trabajadores gestionan lenguaje, números y decisiones. La automatización, por tanto, ya no es industrial: es cognitiva.

¿Amazon ante una nueva era laboral?

El anuncio de despidos marca un punto de inflexión para Amazon, que busca ajustar su estructura interna y aumentar la eficiencia en un entorno de rápida automatización. La compañía, que ya transformó el comercio electrónico global, avanza ahora hacia una reorganización operativa impulsada por la inteligencia artificial.

El objetivo declarado por la dirección es reducir tareas repetitivas y optimizar procesos, al tiempo que se incorporan nuevas funciones ligadas al desarrollo y supervisión tecnológica. Este movimiento refleja una tendencia más amplia en el sector, donde la automatización y la IA comienzan a redefinir la organización del trabajo dentro de las grandes corporaciones.

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