Cautela. Es la principal recomendación de los expertos de Carmignac sobre la deuda corporativa. «Si la inflación subyacente europea repunta de forma más rápida y sostenida de lo que espera el consenso, el mercado se inquietará ante el posible fin anticipado de las compras de activos del BCE», aseguran. El entorno es sin duda complejo. A unos tipos bajo mínimos los inversores europeos también han tenido que lidiar estos años con un universo menguante en la categoría, ante la ampliación de balance del organismo presidido por Mario Draghi. «Este universo de oportunidades más reducido ha obligado a los inversores a asumir más riesgo crediticio y con vencimientos más largos, lo que deja a los mercados de deuda corporativa muy expuestos a un giro en la política del BCE», indican. Respecto a la deuda de alta calidad crediticia, la firma aprecia un deterioro continuado de la calidad de los balances, que muestran tasas de apalancamiento próximas a sus máximos cíclicos. «La debilidad de los márgenes, la falta de rigor de los inversores, la fortaleza que sigue mostrando el ciclo de fusiones y adquisiciones y el alto volumen de emisiones para aprovechar los bajos tipos de interés son factores que han contribuido en su conjunto a deteriorar los balances europeos», explican, recordando que pese a haberse alcanzado las tasas de apalancamiento más altas de los últimos diez años, los rendimientos están en mínimos históricos debido a la intervención del BCE. «Este mercado es muy frágil y vulnerable ante un marcado repunte de la inflación», sentencian. En el mercado de bonos de alto rendimiento, observan una situación es similar. «No solo no existe ninguna protección desde el punto de vista de las valoraciones absolutas con estos reducidos rendimientos y esta mala calidad de los balances, sino que tampoco existe ninguna protección desde el punto de vista de las valoraciones relativas cuando nos fijamos en otras áreas de la estructura del capital». Apuntan que por primera vez en la historia, el índice de bonos europeos de alto rendimiento está arrojando una rentabilidad inferior a la del índice de renta variable europea (rentabilidad por dividendo del índice Eurostoxx 50).
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