Es lunes, corres para no llegar tarde y cuando entras no sabes por qué, pero te sientes más relajado. Puede ser la luz, la disposición de los muebles o todo en su conjunto. Estas son las oficinas de Anaford diseñadas por Destudio en un edificio icónico del corazón financiero de Valencia.

Antes de entrar, te espera la fachada, que sin duda es una de las características más llamativas del edificio. Después se encuentra el hall, un vestíbulo de doble altura que podrás apreciar gracias al árbol que está pasada la puerta. La recepción y sus colores te invitan a entrar aunque sea para pedir la hora.
Pero es en los pisos intermedios donde se encuentra lo verdaderamente importante en un despacho de abogados: concentración, confidencialidad y calma.
Todos los pasillos tienen una luz cálida que transmite cercanía y serenidad, pero también te focaliza en tu trabajo. La intimidad viene dada por unas cortinas que «protegen» los despachos y las salas de reuniones.
Gracias a su decoración minimalista, no hay nada que desentone con la estética general del edificio. Es diseño que no interrumpe, acompaña.

Las sorpresas no paran: en la última planta se encuentran varias salas de reuniones con terraza. Un lujo poco común que no tiene la intención de presumir, sino de abrir el espacio hacía la buena zona donde está situada las oficinas.
Cuando llevas un rato al aire libre, las conversaciones fluyen de otra manera al escuchar a la ciudad y sus bullicios. Los coches, las personas caminando y hablando, todo esto es un factor que ayuda a cerrar los acuerdos de una forma más sencilla.

Anaford Valencia es un despacho que no parece un despacho.
Sales por la puerta y empiezas a ser consciente de que estas oficinas no tienen nada que ver con ninguna otra en la que hayas estado antes. Un lugar que entiende el valor del diseño de forma directa, con todo lo positivo de lo moderno, pero recogiendo lo mejor del pasado.
