La historia de Anyformat nace en un gesto cotidiano: una carpeta saturada de contratos, facturas y correos que nadie quería revisar. En grandes corporaciones, ese volumen se multiplica por miles y frena decisiones clave.
Ese cuello de botella encendió la chispa: si la IA entiende imágenes, texto y audio, ¿por qué no podría entender también un contrato con la precisión de un analista experto?
A esa pregunta respondieron Juan Huguet y Diego Pérez, ex Clarity.ai, cuando fundaron Anyformat. Su tecnología permite extraer y estructurar datos complejos desde cualquier documento, y hacerlo con una mezcla poco habitual: precisión humana, velocidad de máquina y control absoluto del dato. El secreto está en combinar la extracción con información interna de la compañía, todo en tiempo real.
Ese fue el salto diferenciante. No se trataba solo de digitalizar papeles; se trataba de cruzar lo que dice un documento con bases corporativas vivas —clientes, catálogos, políticas, histórico— y automatizar decisiones que antes exigían validaciones manuales.
Datos como valor real
En empresas con sistemas fragmentados, esta capacidad reduce errores y libera horas operativas. No es un detalle menor: el 68% de las compañías españolas reconoce que no logra convertir sus datos en valor en tiempo real, según Dell Technologies.
El mercado tomó nota. Tras una pre-semilla de 520.000 de euros, Anyformat acaba de cerrar una ronda seed de 3,3 millones de euros, liderada por Kibo Ventures y con la participación de 4Founders, Abac Nest Ventures y Decelera Ventures.
La compañía, hoy con un equipo de nueve personas, afina un producto que convierte presentaciones, correos, contratos o PDFs en datos listos para análisis o decisión interna. Su hoja de ruta incluye modelos propios de detección de errores, una infraestructura privacy-first y certificaciones como la ISO 27001, imprescindibles para trabajar con bancos, aseguradoras o administraciones.
El impacto ya se ve en un sector que demanda más autonomía y menos fricción. Anyformat no solo acelera procesos; redefine la manera en que las organizaciones entienden sus flujos documentales.
Objetivo ambicioso
Y lo hace con ambición: alcanzar un millón de euros de ARR en 2026 y expandirse por Europa en verticales de compliance, automatización y operaciones críticas.
«Los documentos son la columna vertebral de cualquier organización», recuerda Huguet. «Nuestro objetivo es analizarlos con inteligencia humana y velocidad de máquina, sin renunciar al control del dato».
«Estamos construyendo la nueva infraestructura documental europea». Una frase que suena como una hoja de ruta para la próxima década de la IA aplicada a la empresa, concluye Diego Pérez.