El gigante mundial del acero ArcelorMittal ha anunciado que no seguirá adelante con sus planes para descarbonizar las plantas de laminado plano en dos localidades de Alemania, pese a las subvenciones millonarias que el anterior Gobierno le había prometido para transformar sus instalaciones en unas fábricas «verdes».
En un comunicado, ArcelorMittal Europa indica que renuncia a sus planes en Bremen (en el norte de Alemania) y en Eisenhüttenstadt (en el este) y recuerda que el grupo ya adelantó en noviembre de 2024 que no podía tomar decisiones de inversión finales sobre la construcción de nuevas plantas DRI-EAF en Europa.
Se trata de fábricas que utilizan hierro de reducción directa y hornos de arco eléctrico como vía hacia una producción de acero más sostenible y, por tanto, reducir las emisiones de carbono en comparación con métodos tradicionales.
ArcelorMittal explicó entonces que no podía dar este paso debido a que «las condiciones políticas, energéticas y de mercado no se habían desarrollado en la dirección esperada»; y anunció que examinaría un enfoque gradual para la descarbonización en Europa, comenzando con la construcción de hornos de arco eléctrico.
Dado que el contrato con el Gobierno de Alemania para la financiación de 1.300 millones de euros preveía el inicio de las obras para junio de 2025, «ArcelorMittal estaba obligado a comunicar oficialmente que no podía continuar con las inversiones», ha explicado.
«Los precios actuales de la electricidad en Alemania son altos tanto en comparación internacional como con países vecinos europeos», argumenta la compañía.
ArcelorMittal Europa precisa que, con el fin de impulsar una descarbonización gradual en el Viejo Continente, se concentrará en la planificación de hornos de arco eléctrico en Bremen y Eisenhüttenstadt para estar preparada «cuando la producción sea económicamente viable allí».
Asegura que el próximo horno de arco eléctrico se construirá en Dunkerque (Francia), donde el suministro eléctrico es más competitivo y predecible.
La multinacional recalca que mantiene el objetivo de mejorar su huella de carbono, aunque admite que «cada vez es menos probable que se alcancen los objetivos de CO₂ para 2030».
«Cada vez es más evidente que la transición energética avanza más lentamente de lo esperado (…). El hidrógeno verde aún no es viable y el DRI a base de gas natural no es competitivo», advierte.
La compañía denuncia que la economía global avanza a un ritmo insuficiente para cumplir los compromisos climáticos del Acuerdo de París.
La aplicación de las actuales contribuciones nacionales apenas lograría una reducción del 10% de las emisiones para 2030, frente al 28% necesario para mantener la temperatura global en 2 °C.
En paralelo, señala que el mercado europeo del acero sufre una presión sin precedentes por la débil demanda y las altas importaciones.