Después de más de una década instalados en una de las torres del complejo Cuatro Torres Business Area, Red Bull España ha reubicado su sede al barrio de Malasaña, en el corazón del Madrid creativo.
Lejos de ser un traslado funcional, esta mudanza representa una declaración estratégica: que su espacio de trabajo refleje su identidad de marca y su visión contemporánea del entorno laboral.
El nuevo diseño arquitectónico corre a cargo del estudio madrileño yyplusplus, que pone en práctica una arquitectura híbrida, abierta y alineada al espíritu urbano del barrio.
Ecosistema de trabajo, cultura y comunidad
La sede ocupa un edificio íntegro de cinco plantas, aunque solo dos niveles están dedicados al trabajo tradicional. Los otros tres se conciben como zonas polivalentes: espacios para creación, socialización, eventos, grabaciones o incluso contemplación.
El proyecto prioriza recorridos fluidos, patios interiores que aportan luz natural y ventilación, y un diseño que evita compartimentaciones rígidas. La arquitectura impulsa el encuentro espontáneo, los cruces visuales y la adaptabilidad del espacio al uso real.
Materiales honestos como el hormigón visto, la madera natural o el metal sin barnizar dominan el interiorismo, con una estética industrial moderada que huye del branding estridente. La identidad de Red Bull aparece de manera sutil, integrada en el espacio sin gritar logotipos.
En la azotea se habilita un espacio de eventos y zona informal, mientras que los patios interiores y la estructura arquitectónica garantizan una entrada de luz que revierte en bienestar y conexión visual con el entorno urbano.
Malasaña: no solo vecindad, sino estrategia urbana
Elegir Malasaña no es capricho, es coherencia. Este barrio es uno de los focos culturales más vibrantes de Madrid, con galerías, estudios creativos, cafés y espacios independientes. Instalar la sede allí permite que la oficina se integre al ecosistema local, en lugar de aislarse en una torre corporativa.
El edificio donde se ubica la nueva sede es un inmueble reformado de 2.800 m², anteriormente hostil al diseño contemporáneo. Parte del reto fue adaptar una estructura profunda y anónima para que respirara vida urbana y funcionara con versatilidad.
Arquitectura al servicio de la cultura organizacional
En el proyecto de yyplusplus, los fines funcionales y los simbólicos convergen: la sede no solo debe ser un contenedor de trabajo, sino un detonante de creatividad, colaboración y bienestar.
Red Bull propone una oficina que acompaña su cultura, no que la impone. Allí, la innovación nace cuando hay espacio, luz, movimiento y silencio suficiente para pensar.
Este tipo de oficinas, inspiradas por formatos culturales y escenarios híbridos, responden al nuevo paradigma del trabajo: menos jerarquía espacial, más flexibilidad, y una conexión más directa entre empresa y entorno.