Australia ha comenzado a supervisar y hacer cumplir la nueva edad mínima de 16 años para acceder a redes sociales.
La medida, ejecutada por el organismo de seguridad digital eSafety, busca proteger a los menores y trasladar la responsabilidad a las plataformas tecnológicas, en una de las iniciativas regulatorias más avanzadas a nivel mundial.
Enfoque pionero
Julie Inman Grant, la principal responsable de eSafety, calificó la norma como un cambio normativo decisivo dentro de la estrategia nacional de seguridad en línea.
«Hacer cumplir una edad mínima de 16 años generará un cambio normativo y dará a los jóvenes un respiro frente a características de diseño persuasivo pensadas para mantenerlos enganchados, y que a menudo facilitan la exposición a contenidos y conductas dañinas», afirmó Inman Grant.
Más allá de la verificación de edad
La comisionada subrayó que ninguna medida funciona por sí sola, pero destacó que la restricción forma parte de un enfoque holístico, que integra programas educativos, sistemas de denuncia, supervisión de contenido ilícito y promoción de principios de seguridad en línea.
Con el inicio de la aplicación, instó a la sociedad a consultar la nueva guía sobre edad mínima en redes, dirigida a docentes, familias y jóvenes.
Fiscalización progresiva
Desde esta semana, eSafety centrará su actividad en monitorizar el cumplimiento tras un periodo de preparación y diálogo con la industria. Los mecanismos de verificación podrán incluir revisiones, medidas adicionales y procesos de apelación, que podrían extenderse varios días para garantizar exactitud y justicia.
El organismo advirtió que actuará con firmeza ante incumplimientos sistemáticos, que podrían derivar en sanciones de hasta 49,5 millones de dólares australianos (equivalentes a 32 millones de dólares estadounidenses o 28 millones de euros).
La supervisión combinará requerimientos de información y controles formales, manteniendo transparencia sin comentar investigaciones concretas para preservar su integridad.
Australia marca tendencia
La legislación sitúa a Australia a la vanguardia global en regulación del acceso de menores a redes sociales y en responsabilizar legalmente a las plataformas. Otros países y regiones, como la Unión Europea, analizan medidas similares, mientras que Malasia ya ha anunciado una normativa inspirada en el modelo australiano para principios del próximo año.
