Auziker nació en Vizcaya a finales de 2020 con una idea simple y poderosa: crear tecnología útil para entrenar perros en la detección de sustancias críticas. Detrás del proyecto está Ainhoa Isla, química de formación y amante de los animales, que convirtió su trabajo de fin de máster en una startup con impacto real.

Su primer cebo, diseñado para enseñar a los perros a detectar TATP (uno de los explosivos caseros más usados en atentados), ya ha sido probado con éxito por la Unidad Canina de la Ertzaintza. Los resultados hablan por sí solos: un 99% de precisión. Cuando la rapidez es clave, el olfato canino sigue siendo imbatible.

Casi cinco años después de su fundación, Auziker se ha diversificado: desarrolla nuevas soluciones para la salud y la conservación animal, como cebos que ayudan a anticipar ataques epilépticos o a detectar fentanilo, una droga letal que preocupa en todo el mundo.

También están a punto de lanzar «HILOTZ», un cebo para localizar restos humanos en las primeras 48 horas tras la muerte.

Su trabajo les ha valido un lugar entre los seis finalistas de los eAwards España, organizados por NTT DATA Foundation. El 11 de junio se juegan en Valencia un premio de 10.000 euros, un programa de aceleración y el pase a la gran final internacional.

En un ecosistema lleno de promesas tecnológicas, Auziker destaca por algo poco habitual: conecta la ciencia con el instinto más antiguo, y pone la tecnología al servicio de quienes —literalmente— se guían por la nariz.