Los bancos están incorporando de forma progresiva la operativa con criptoactivos a su oferta.
Una actividad que los grandes grupos, BBVA y Banco Santander, iniciaron en Suiza para clientes de banca privada y que ya se extiende a España, mientras otras entidades como CaixaBank o ING optan por vehículos de inversión vinculados a criptomonedas.
En un entorno dominado por plataformas criptonativas, la banca tradicional avanza para integrar los activos digitales ante una demanda creciente por parte de los clientes, aunque con enfoques distintos según el perfil de riesgo y el marco regulatorio.
Santander y la vía internacional
El Santander también eligió Suiza para iniciar la compraventa y custodia de criptomonedas entre clientes de banca privada. Posteriormente, en septiembre de 2025, su banco digital Openbank lanzó este servicio en Alemania, con acceso a bitcóin, ether, litecoin, polygon y cardano sin necesidad de recurrir a plataformas externas.
En noviembre, Openbank activó el servicio en España y prevé ampliar el número de criptomonedas y añadir funcionalidades como la conversión entre criptoactivos.
CaixaBank e ING apuestan por productos cotizados
Otros bancos han optado por una exposición indirecta a las criptomonedas. CaixaBank y su banco digital Imagin lanzaron en noviembre dos ETP que replican el rendimiento del bitcóin, dirigidos a inversores con conocimientos suficientes para asumir la volatilidad del activo y sujetos a la evaluación de conveniencia de MiFID.
Estos ETP cotizan en varias bolsas europeas y permiten operar en tiempo real a través de canales digitales.
ING, por su parte, ha lanzado dos ETN vinculados a bitcóin y ethereum, que replican el rendimiento de estos activos sin implicar custodia directa, consolidando una exposición financiera indirecta al mercado cripto.
La banca avanza así en su integración en el ecosistema de los criptoactivos, combinando prudencia regulatoria y diversificación de productos, en un mercado que gana peso entre inversores particulares e institucionales.
