El Banco Central Europeo (BCE) ha lanzado la segunda ronda de experimentación sobre el euro digital, cuyos resultados se darán a conocer en la primera mitad de 2026. El organismo señaló en un comunicado que «un euro digital podría impulsar la innovación en el sistema de pagos europeo e impulsar la inclusión financiera».
La decisión se enmarca en el informe publicado este viernes sobre la primera fase de la plataforma de innovación del euro digital, puesta en marcha en octubre de 2024 para colaborar y experimentar con actores del sector.
El documento fue presentado por Piero Cipollone, miembro del comité ejecutivo del BCE, durante una conferencia sobre pagos celebrada en la Universidad Bocconi de Milán. «El BCE pidió a los participantes del mercado imaginar las oportunidades que podría ofrecer un euro digital a los consumidores y comerciantes», señaló Cipollone, que insistió en el potencial de la moneda para transformar los pagos europeos.
Entre las innovaciones identificadas se encuentran los pagos interempresariales con euro digital, que reducirían los costes de transacciones de gran volumen, y los recibos electrónicos (e-receipts). Estos últimos permitirían a los consumidores acceder al historial de compras de forma segura, facilitando devoluciones, reclamaciones de garantía, informes de gastos y gestión de presupuestos personales. Para los comerciantes, implicarían menores costes y mayor eficiencia.
El BCE precisó que estos recibos electrónicos estarían «fuertemente encriptados», de manera que solo comprador y vendedor tendrían acceso a ellos.
Las ideas analizadas en la plataforma siguen en fase experimental. Desde mayo, en ella participan 70 entidades que incluyen comerciantes, empresas fintech, startups, universidades, bancos y proveedores de servicios de pago, con el objetivo de explorar aplicaciones prácticas del euro digital.
La plataforma simula el ecosistema de esta moneda, con el BCE como proveedor de infraestructura técnica y apoyo para que los intermediarios desarrollen métodos y servicios de pago innovadores a escala europea.
Los participantes se dividieron en dos áreas: visionarios, centrados en el papel del euro digital para afrontar retos sociales como la inclusión financiera, y pioneros, enfocados en su aplicación técnica en pagos digitales.
Ambos grupos coincidieron en señalar la importancia de contar con estándares armonizados, una infraestructura compartida y una amplia colaboración del sector financiero para garantizar la adopción del euro digital en la zona del euro, concluye el informe del BCE.