El Banco de España ha abierto una consulta pública para modificar su circular contable y la de la Central de Información de Riesgos (CIR).
El objetivo: reducir la carga de reporte financiero que soportan los bancos y optimizar el uso de la información ya disponible.
Esta iniciativa se enmarca en una acción conjunta de varios bancos centrales del Eurosistema, que buscan simplificar la normativa bancaria sin comprometer la calidad de la supervisión.
Forma parte del Plan Estratégico 2030 del organismo, que apuesta por aprovechar al máximo los datos recibidos mediante innovación tecnológica.
La revisión propone que la información detallada declarada a la CIR sustituya determinados estados financieros reservados, especialmente los relativos a riesgo de crédito y a activos inmobiliarios o instrumentos de patrimonio adjudicados.
El primer paso normativo es la publicación, para audiencia pública, de los cambios a las circulares de noviembre de 2017 (contable) y mayo de 2013 (CIR).
A partir de los datos del 30 de junio de 2025, el Banco de España comenzará a replicar la información de los actuales estados con los datos que ya recibe, y notificará deficiencias detectadas a las entidades.
Las nuevas obligaciones de reporte a través de la CIR entrarían en vigor entre el 31 de diciembre de 2025 y el 31 de marzo de 2026, según el calendario de aprobación final. No obstante, el organismo avanza que desde el 30 de septiembre de 2025, ya solicitará a las entidades que empiecen a declarar los nuevos datos detallados para fines supervisores.
El objetivo final es que el último envío de estados reservados tenga fecha de 30 de junio de 2026, y que todo el flujo pase por la CIR con una calidad de datos adecuada, según indica el proyecto.
Además, esta transformación pretende reforzar las capacidades analíticas del Banco de España en sus proyectos de tecnología de supervisión (SupTech).