El mundo sigue observando la crucial problemática que supone la emergencia climática con otros ojos desde el 4 de noviembre de 2016. Ese día entró en vigor el denominado Acuerdo de París, un tratado internacional, jurídicamente vinculante que, sobre el cambio climático, adoptaron 196 partes a la conclusión de la COP21 celebrada en París en 2015. El objetivo de ese tratado es limitar el calentamiento mundial.
En ello están, no solo la inmensa mayoría de los países del mundo, sino muchas empresas de todos los sectores de la economía. Banco Santander es, como no podía ser de otra manera, una de ellas. La entidad es consciente de la importancia de afrontar la emergencia climática y, como defiende el propio Acuerdo de París, continúa trabajando para contribuir a los objetivos marcados.
Para ello, un factor importante es la reducción de la huella ambiental propia año a año, proceso que Banco Santander va superando con nota con la idea de seguir avanzando en esta senda.
La estrategia de la entidad pasa por reducir el impacto ambiental de su propia actividad, lo que implica reducir las emisiones de CO₂ y compensar aquellas que no se pueden reducir. Con créditos fuera de su cadena de valor. También, reducir y gestionar los residuos de manera responsable y, por último, aumentar la conciencia de los empleados y otras partes interesadas sobre los problemas ambientales.
La implicación de Banco Santander con la sostenibilidad en relación con el clima y el medio ambiente no es nueva, ya que la entidad comenzó a medir su huella ambiental en 2001 y, desde 2011, las diferentes iniciativas de eficiencia energética y sostenibilidad implantadas ya han permitido reducir cerca del 86% de sus emisiones. En este sentido, en 2024 se ha revisado el objetivo de eficiencia con la ambición de alcanzar una reducción de emisiones de las operaciones propias del 75% comparado con 2020.
Además, en 2024 el 96% de la energía que consume en los 10 países en los que opera procede ya de un origen renovable. Otro dato que demuestra ese buen camino es que desde 2021 la reducción de plásticos de un solo uso es del 100%.

Del mismo modo, Santander lleva a cabo campañas, a nivel local y global, de sensibilización de los empleados sobre la importancia de reducir el consumo y el desperdicio. En este sentido, un 37% de la plantilla trabaja en edificios y locales con alguna distinción o certificado ambiental de construcción o de gestión ambiental y/o eficiencia energética, ya hay más de 2.000 plazas con puntos de recarga eléctricos habilitadas en los garajes de sus edificios, la apuesta por el automóvil eléctrico es firme y también por la eficiencia en la gestión de los espacios y por la colocación de paneles solares en los propios edificios, data centers y locales comerciales de la entidad.
Estas son algunas de las medidas que han formado parte del último plan de eficiencia en curso, Plan 2022/25, que Banco Santander cerró en 2024 con una inversión acumulada de 38,3 millones de euros y que provocó una reducción anual de más de 69,3 GWh en proyectos de eficiencia de instalaciones y espacios más eficientes con respecto al inicio del plan.
Pero las miradas de la entidad en materia de reducción de su huella ambiental ya están puestas en un nuevo horizonte, el que marca el año 2030. De cara a esa fecha tan simbólica, Grupo Santander apuesta por la eficiencia energética y la reducción de consumos, por ejemplo, en alumbrado, la climatización, en la mejora de materiales de fachadas, en la reforma y actualización de locales comerciales o en la construcción de nuevas sedes más eficientes y en la reordenación sostenible de los propios activos.
En ese plan 2030 también hay espacio para la reducción de las emisiones directas sustituyendo, por ejemplo, los combustibles directos por otras formas de energía, actualizando las flotas de vehículos de Santander, dando entrada a vehículos híbridos y eléctricos, sustituyendo calderas convencionales de gasoil o gas por sistemas o tecnologías de bomba de calor eléctricas, o actualizando y modernizando sistemas de climatización con refrigerantes más ecológicos y eficientes.