El Banco Central Europeo (BCE) espera que los Veintisiete aprueben en el segundo trimestre de 2026 el marco legal que regulará el uso del euro digital, en caso de que los socios comunitarios decidan finalmente ponerlo en circulación.
El BCE concluirá la fase de preparación del euro digital en octubre de 2025, aunque no prevé que para entonces los Estados miembros y la Eurocámara hayan alcanzado un acuerdo definitivo sobre la legislación. Una vez aprobado el marco legal, serían necesarios entre dos años y medio y tres años para crear y desplegar la infraestructura técnica.
La institución había instado a los legisladores europeos a completar la normativa antes del cierre de la fase de preparación, pero Piero Cipollone, miembro del directorio ejecutivo responsable del proyecto, reconoció el retraso y destacó que el debate está mejorando la propuesta inicial presentada por la Comisión Europea en 2023.
En este contexto, el BCE ha diseñado contratos con proveedores que evitan adelantos de pagos, de modo que los desembolsos solo se realizarán cuando el proyecto comience y en función del gasto acometido. Con ello busca minimizar costes en caso de que el euro digital no salga adelante, aunque la institución insiste en que ese escenario no es deseado.
El proyecto, en marcha desde 2021, plantea un medio de pago digital gratuito, seguro y complementario al efectivo, accesible también sin conexión a Internet. El BCE defiende que el euro digital reforzará la autonomía de la Unión Europea frente a proveedores extranjeros que dominan hoy los sistemas de pago, un argumento que gana peso en el actual contexto de tensiones geopolíticas.