Claudia Buch, presidenta del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), , advirtió este jueves a las entidades financieras de la zona del euro que no se confíen en posibles ayudas estatales y que refuercen sus recursos propios para afrontar futuras crisis.
Durante el sexto foro de supervisión bancaria del BCE, Buch recordó que el apoyo público durante la pandemia de la covid-19 supuso un 4% del PIB del área del euro, y que dos tercios de esa cifra se destinaron a ayudas directas a empresas y trabajadores. Posteriormente, las medidas frente a la crisis energética tuvieron una magnitud similar.
Imposibilidad de apoyo
Ante el aumento del endeudamiento público y las presiones presupuestarias, Buch cuestionó que los gobiernos puedan ofrecer el mismo nivel de apoyo en la próxima crisis. Por ello, instó a las entidades a mantener posiciones sólidas de capital y liquidez, una gobernanza robusta, flexibilidad operativa y sistemas tecnológicos resilientes.
La dirigente subrayó que la fortaleza cibernética y operativa debe ser una prioridad en la gestión del riesgo bancario. Según el BCE, los ataques cibernéticos a bancos europeos se han duplicado en los últimos años y son cada vez más frecuentes y severos.
Prueba de estrés
Los resultados de la prueba de resistencia cibernética de 2024 mostraron que, aunque los bancos están en general bien preparados para recuperarse de incidentes, aún hay áreas críticas de mejora, especialmente por su dependencia de proveedores externos y el uso de servicios en la nube, que podrían amplificar riesgos en un contexto de inestabilidad geopolítica.
Casi todos los 113 bancos supervisados directamente por el BCE han subcontratado funciones esenciales, lo que, según Buch, refuerza la necesidad de una evaluación integral de riesgos antes de delegar operaciones críticas fuera de las propias entidades.
