Un nuevo fondo de inversión acelerará la comercialización de la biotecnología en Países Bajos. Con un presupuesto de 196,4 millones de euros, la iniciativa Biotech Booster busca transformar investigaciones científicas en soluciones reales para el mercado.
El programa tiene como prioridad superar el conocido «valle de la muerte» de la transferencia tecnológica, esa fase intermedia en la que muchas ideas con potencial se pierden por falta de estructura empresarial o apoyo financiero.
La novedad, en este caso, reside en que en vez de financiar a empresas ya formadas, el fondo se dirige directamente a científicos, centros de investigación y equipos de innovación universitaria para apoyar las propuestas innovadoras.
Además del capital, Biotech Booster ofrece acompañamiento estratégico. El objetivo no es solo financiar, sino también conectar el conocimiento científico con las necesidades reales de la industria, desde los ensayos clínicos hasta la validación de modelos de negocio.
Está financiado mayoritariamente por National Growth Fund, un programa del gobierno holandés para invertir en sectores con impacto a largo plazo. También participan el Ministerio de Asuntos Económicos, la Fundación para la Investigación Científica (NWO), la agencia tecnológica TNO y la organización Health~Holland.
Está previsto que el fondo tenga una duración inicial de ocho años, con varias convocatorias abiertas a partir del próximo otoño. El objetivo es apoyar al menos 100 proyectos biotecnológicos, especialmente aquellos con aplicaciones en salud humana, industrial y agroalimentaria.
«Esta inversión nos permitirá convertir ideas académicas en productos con impacto en la vida de las personas», señala Nettie Buitelaar, CEO de Biotech Booster.
Con este tipo de empresas, Países Bajos quiere aprovechar la fortaleza de su sistema de innovación para convertirse en un actor de referencia en biotecnología aplicada.
La propuesta neerlandesa se suma a otros programas europeos que buscan mejorar la competitividad del ecosistema científico-tecnológico. En este contexto, la biotecnología sigue ganando terreno como sector estratégico para el crecimiento económico y la autonomía sanitaria del continente.