El bitcoin no ha comenzado bien el 2025, registrando un descenso del 13% en el primer trimestre, lo que representa su peor inicio de año desde 2018. Este retroceso, que supera al 10,8% del primer trimestre de 2020, coincide con una notable aversión al riesgo en los mercados financieros. Los analistas señalan un patrón correctivo similar al de ciclos anteriores, lo que plantea dudas sobre la continuidad de su rally alcista de 2024, cuando se revalorizó en un 125%.
La corrección del bitcoin ha estado acompañada de un repunte en el «índice del miedo» o VIX, que ha alcanzado los 24 puntos. La relación entre el bitcoin y el Nasdaq se ha intensificado, con ambos índices experimentando descensos alineados en este período. Factores como las expectativas de recortes por parte de la Fed y la amenaza de una guerra comercial han contribuido a este clima de incertidumbre en los mercados.
Técnicamente, el bitcoin se encuentra bajo presión. El ratio MVRV, que compara la capitalización de mercado con el valor realizado del bitcoin, sugiere que la criptomoneda aún podría estar sobrevalorada, manteniendo el riesgo de nuevas caídas. Este indicador, junto con otros como el ratio de Sharpe y el STH SOPR, apunta a una posible fase de consolidación antes de un eventual repunte.
Las grandes transacciones de inversores institucionales, conocidas como «movimientos de ballenas», podrían influir en el futuro precio del bitcoin. Estos movimientos son vistos como señales de confianza, y su acumulación podría reducir la presión de venta. Sin embargo, la media móvil de 200 periodos y otros indicadores técnicos muestran un panorama mixto, con soportes clave en los 76.615 dólares.
A pesar de las recientes caídas de la criptomoneda, algunos analistas mantienen que «bitcoin tiene un patrón correctivo similar a ciclos anteriores», lo que sugiere que, aunque el riesgo persiste, no se ha entrado en un mercado bajista de forma definitiva. Así, el comportamiento del bitcoin en el segundo trimestre será crucial para determinar si se consolida y recupera parte del terreno perdido.