El grupo BMW cerró el primer semestre de 2025 con un beneficio neto de 4.015 millones de euros, lo que supone una caída del 29% respecto al mismo periodo del año anterior. La compañía ha atribuido este descenso al impacto de los costes y a una menor demanda en algunos de sus principales mercados.
La facturación del grupo se redujo un 8%, hasta los 67.685 millones de euros, mientras que el resultado operativo cayó un 26,8%, situándose en 5.803 millones.
Durante el segundo trimestre, el beneficio neto fue de 1.842 millones de euros, un 31,9% menos que en 2024. También bajaron los ingresos (-8,2%) y el beneficio operativo (-31,4%).
En el primer semestre, el grupo vendió 1,2 millones de vehículos, un leve 0,5% menos. Las matriculaciones de las marcas BMW y Rolls-Royce retrocedieron un 2,3% y un 0,8%, respectivamente, mientras que Mini creció un 17,4 %.
Por su parte, las ventas de motos descendieron un 6,3%, hasta alcanzar 105.909 unidades.
La rentabilidad operativa del negocio de automóviles se situó en el 6,3%, frente al 8,6% del año anterior. En el segundo trimestre, este margen bajó hasta el 5,4%. Sin embargo, el segmento de motos mejoró su rentabilidad hasta el 12%, subiendo al 14,2% en el segundo trimestre.
«Nuestros codiciados automóviles premium y nuestra competitividad global son claves para limitar el impacto de los aranceles», afirmó Walter Mertl, director financiero de BMW. También subrayó que el grupo mantiene sus objetivos anuales gracias a una gestión financiera precisa.
Oliver Zipse, su consejero delegado, remarcó la solidez del modelo de negocio y confirmó que la compañía lanzará 40 modelos nuevos y rediseñados hasta 2027, abarcando todos los segmentos y tipos de propulsión.
BMW espera cerrar el ejercicio con un beneficio antes de impuestos similar al de 2024 y mantiene una previsión de margen operativo del 5% al 7% en su división de automóviles.