Brainport Eindhoven: un Silicon Valley a la europea

Eindhoven se ha convertido en un núcleo de innovación tecnológica en Europa, comparable a Silicon Valley.
Panorámica de Brainport Eindhoven Panorámica de Brainport Eindhoven
Imagen de Brainport Eindhoven

Situada al sur de los Países Bajos, Brainport Eindhoven se ha convertido en un referente europeo de alta tecnología, asemejándose a Silicon Valley. Este ecosistema singular fusiona universidades, centros de investigación y empresas de todos los tamaños, desde startups hasta colosos como Philips, Siemens y ASML, todo ello con el objetivo de estimular la industria manufacturera avanzada.

En Eindhoven, se promueve un entorno creativo que abarca desde la educación hasta la robótica y la innovación tecnológica. Este espacio de colaboración y confianza eleva a Brainport como una de las áreas económicas más destacadas de los Países Bajos, junto a Ámsterdam y el Puerto de Róterdam. En su página web, se describe como «una región tecnológica de primer nivel y un lugar agradable para vivir, trabajar y disfrutar», a pesar de ser «pequeña en tamaño, pero con un impacto enorme».

Jeroen Dijsselbloem, alcalde de Eindhoven y exministro de Finanzas, subraya que Brainport ha duplicado el crecimiento medio del país en la última década gracias a la inversión tanto privada como pública. Define el ecosistema como «súper interesante, con un gran potencial para los Países Bajos y Europa». Las innovaciones que emergen de Brainport abordan cuestiones globales como la transición energética y la movilidad sostenible.

La región ha visto una evolución notable desde 1998, cuando Philips trasladó su sede administrativa a Ámsterdam, despidiendo a más de la mitad de su personal. A pesar de ello, mantuvo sus operaciones técnicas en Eindhoven, lo que propició el surgimiento del High Tech Campus Eindhoven (HTCE) en 2003, un verdadero núcleo de innovación y emprendimiento con más de 12.500 empleados en 300 entidades.

Dijsselbloem enfatiza la necesidad de que Europa invierta en regiones con potencial tecnológico, comentando que «sería inteligente que Europa invirtiera en áreas con potencial, donde existe una sólida base de conocimiento». Sugiere priorizar la financiación privada, dado que «no contamos con mercados de capital desarrollados, ni con el volumen o la calidad de capital privado que tienen Asia o EE. UU.».

El crecimiento de Brainport también enfrenta retos sociales, como la creciente demanda de infraestructura y talento. Para hacer frente a estos desafíos, se ha implementado un acuerdo de financiación público-privada, donde el gobierno y las empresas colaboran en un paquete de casi 1,600 millones de euros para la transición de la movilidad. «Nuestra economía depende mucho de los bancos, y a estos no les interesan las empresas nuevas y complejas porque no las comprenden», explica Dijsselbloem.

Paul van Nunen, director de Brainport Development, resalta que «no se trata solo de hacer crecer la economía, sino de garantizar que todos puedan vivir dignamente en medio de este crecimiento». La región se considera una fórmula europea para afrontar el futuro, fusionando tecnología y humanidad en un entorno cambiante.

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