El Gobierno de Brasil ha confirmado que ya cuenta con planes de contingencia si fracasan las negociaciones con Estados Unidos y entra en vigor, el próximo 1 de agosto, un arancel del 50% a las importaciones brasileñas.
Así lo ha indicado Fernando Haddad, ministro de Hacienda, en una entrevista a la emisora CBN.
«Brasil jamás se fue ni se irá de la mesa de negociación», ha asegurado Haddad, aunque ha admitido que es posible no alcanzar ningún tipo de acuerdo con la Administración de Donald Trump en los próximos diez días.
Según el ministro, el Gobierno brasileño ya ha enviado dos cartas oficiales solicitando una solución diplomática, y seguirá apostando por el diálogo comercial.
Haddad, integrante del comité interministerial creado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para responder a la amenaza arancelaria, ha señalado que, en caso de que se concrete la medida, activarán instrumentos de apoyo a los sectores más afectados.
«Tenemos un plan de contingencia para cualquier decisión que llegue a tomarse», ha afirmado.
El ministro ha vinculado la escalada del conflicto con la relación entre Trump y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, investigado por la Corte Suprema por su papel en un supuesto complot golpista tras perder las elecciones de 2022. El pasado 9 de julio, Trump justificó públicamente la imposición del arancel al considerar que Bolsonaro es víctima de una «caza de brujas».
En paralelo, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. ha abierto una investigación contra Brasil por supuestas prácticas discriminatorias, mientras que el Supremo Tribunal Federal ha impuesto nuevas medidas cautelares contra Bolsonaro, como el uso de tobillera electrónica.
Estados Unidos respondió revocando el visado del juez Alexandre de Moraes, instructor del caso, y el de varios magistrados del alto tribunal. Haddad ha cerrado su intervención acusando a una «fuerza política de extrema derecha en Brasil» de actuar en contra de los intereses nacionales.