La Unión Europea ha prorrogado hasta 2027 la normativa que obliga a los Estados miembros a alcanzar un 90% de almacenamiento de gas antes del invierno. El acuerdo, alcanzado este martes entre el Parlamento Europeo y los países de la UE, introduce además mayor flexibilidad en los plazos para completar esa meta.
Los Estados dispondrán ahora de un margen más amplio: podrán cumplir el objetivo entre el 1 de octubre y el 1 de diciembre, frente al límite actual del 1 de noviembre, según explicó el Consejo de la UE en un comunicado.
Además, las metas intermedias serán orientativas, con el fin de permitir que los operadores de mercado adapten sus compras de gas a lo largo del año, sin la presión de alcanzar hitos mensuales obligatorios. El objetivo: aportar previsibilidad y estabilidad al suministro europeo.
«Garantizando un almacenamiento suficiente de gas para el invierno no sólo estamos protegiendo a nuestros ciudadanos y empresas de subidas de precios y disrupciones del suministro, sino que también enviamos un mensaje claro de que no seremos rehenes de presiones energéticas externas», destacó Marzena Czarnecka, ministra de Industria de Polonia, país que preside el Consejo de la UE hasta finales de junio.
Esta normativa se introdujo en 2022, tras el inicio de la guerra de Rusia en Ucrania, para asegurar el abastecimiento energético de los países del bloque. Desde entonces, la UE ha superado regularmente el umbral del 90% antes de cada invierno.
La Comisión Europea propuso en marzo extender la norma dos años más, citando el contexto geopolítico y la volatilidad de los mercados. A su juicio, esta medida ayudará a mantener la seguridad del suministro energético y la estabilidad de precios en el mercado europeo del gas.
«El acuerdo de hoy no sólo refuerza nuestra preparación para futuros inviernos, sino que también proporciona la flexibilidad necesaria para recargar a un precio competitivo», explicó Teresa Ribera, vicepresidenta Ejecutiva para la Transición Limpia, Justa y Competitiva.
Ribera recalcó que Bruselas seguirá trabajando con los gobiernos nacionales para garantizar un suministro seguro y asequible, en línea con los objetivos de la transición energética europea.
El almacenamiento cubre entre el 25 % y el 30 % del gas consumido en invierno en la UE, reduce la dependencia de importaciones puntuales y actúa como escudo frente a posibles disrupciones del suministro, según recuerda la Comisión Europea.