Bruselas estudia retrasar partes de la ley de inteligencia artificial

La Comisión Europea valora dar más tiempo a las tecnológicas para cumplir con algunos requisitos de la ley de IA.
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La Comisión Europea está valorando posponer algunas partes de la ley de inteligencia artificial aprobada en 2023. El texto empezó a aplicarse este año, pero varios requisitos podrían quedar en suspenso mientras Bruselas redefine su calendario.

El portavoz de política digital, Thomas Regnier, explicó que el Ejecutivo comunitario «aún lo está reflexionando» y que existen «varias opciones sobre la mesa, sin decisión definitiva». La revisión se presentará el 19 de noviembre, cuando el colegio de comisarios evaluará la propuesta.

Menos burocracia, más oxígeno

En los últimos meses, Bruselas ha revisado varias normativas —no solo digitales, también medioambientales y agrícolas— con un argumento repetido: reducir la carga burocrática a las empresas. En otras palabras, aplicar las reglas sin asfixiar a quienes deben cumplirlas.

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La vicepresidenta para la Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, defendió en junio que los objetivos digitales del bloque «son muy válidos, quizás ahora más que nunca». Aun así, admitió que si hay estándares «para los que las empresas no están preparadas», habría que «mirarlos o posponer algunas partes».

La ley que aún no despega

La norma entró en vigor hace dos años y se despliega por fases. Desde febrero están prohibidas las cámaras de identificación biométrica, y desde agosto, los grandes modelos de IA generativa —como ChatGPT o Gemini— deben respetar los derechos de autor y evitar sesgos discriminatorios.

Sin embargo, la Comisión no publicó a tiempo los estándares técnicos que determinan cuándo un modelo es de “alto riesgo”. Estos criterios son esenciales para sectores como infraestructuras críticas, sanidad o finanzas, donde una mala decisión de la IA puede tener consecuencias graves.

Draghi pide pragmatismo

En medio del retraso, figuras como Mario Draghi, ex presidente del BCE, recomiendan aplicar la ley «de forma proporcionada» para fomentar la innovación. Draghi considera que Bruselas no debería prohibir modelos de alto riesgo hasta comprobar su impacto real en el mercado.

Mientras tanto, desde la presidencia de Donald Trump en EE.UU., Washington presiona a la UE para suavizar sus nuevas reglas digitales, consideradas demasiado restrictivas para las grandes tecnológicas.

Europa, entre el control y la competencia

Pese a la incertidumbre, Regnier aseguró que la Comisión «siempre respaldará la ley de inteligencia artificial y sus objetivos». El reto, ahora, es lograr el equilibrio entre controlar el poder tecnológico y no frenar la innovación europea. Porque incluso en Bruselas, regular la inteligencia parece requerir… un poco de inteligencia.

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