Las acciones de BYD, el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos, caían este lunes más de un 3% en la Bolsa de Hong Kong tras confirmarse la salida definitiva de Berkshire Hathaway, el conglomerado liderado por Warren Buffett, de su capital.
En la media sesión, los títulos retrocedían un 3,43%, después de que un portavoz de la firma estadounidense confirmara a CNBC la venta total de la participación que poseía en la automotriz china.
La operación pone fin a una relación de 17 años iniciada por recomendación del fallecido Charlie Munger, mano derecha de Buffett. Berkshire invirtió inicialmente unos 230 millones de dólares, y durante ese tiempo las acciones de BYD multiplicaron su valor casi por 40 veces (+3.890%).
En 2022, la participación de Berkshire en BYD llegó a valorarse en 9.000 millones de dólares, aunque la compañía comenzó a reducirla ese mismo año hasta situarla por debajo del 5% en 2024, umbral a partir del cual dejó de estar obligada a notificar sus ventas al parqué hongkonés.
La decisión se produce después de que Berkshire cifrara en cero el valor de su inversión al cierre del primer trimestre de 2025, frente a los 415 millones de dólares registrados a finales de 2024. Aunque Buffett no ha dado explicaciones sobre la venta, en 2023 destacó que BYD era «una empresa extraordinaria, dirigida por una persona extraordinaria», en referencia a su fundador y presidente, Wang Chuanfu.
Desde la compañía china, el director de Relaciones Públicas, Li Yunfei, restó importancia a la salida de Buffett: «Invertir en bolsa va de comprar y vender, ¡es algo normal!». También agradeció públicamente en Weibo el respaldo recibido durante casi dos décadas: «Gracias a Munger y Buffett por su reconocimiento a BYD. Gracias, también, por la inversión, por la ayuda y por la compañía en estos últimos 17 años».
La venta coincide con la desinversión de Berkshire en TSMC, fabricante taiwanés de semiconductores, valorada en 4.000 millones de dólares. Según CNBC, Buffett reconsideró el riesgo geopolítico vinculado a las tensiones entre China y Taiwán.
Las acciones de BYD acumulan en 2025 un avance del 23,4%, aunque siguen un 30% por debajo del máximo alcanzado en mayo, cuando la empresa registró su primera caída de beneficios trimestrales en más de tres años, presionada por la guerra de precios en el mercado de vehículos eléctricos en China.